En el Cuaderno del mes de Abril (*) explique cual era, en mi opinión, la mejor forma de “acertar” en los mercados, entendiendo “acertar” como tener más aciertos que equivocaciones, pues obviamente es imposible acertar siempre.
Si aquello se podría considerar una fórmula, hoy les presento cuál sería el corolario. Consiste en tener en cuenta que, por encima de lo que digan los tertulianos, los analistas – que son mayoritariamente vendedores – los “Pedros” (**) los “tuiteros”, la corrección política, etc., etc., por encima de todos ellos debe estar el sentido común. Y, dentro del sentido común, el “negociado” de la realidad. Nada de lo que usted haga a la hora de invertir debe ir contra el sentido común o la realidad.
Nada de lo que usted haga a la hora de invertir debe ir contra el sentido común o la realidad.
En los negocios el realismo es bueno y el voluntarismo – que no es lo mismo que la fuerza de voluntad – es malo. Esto es especialmente cierto en el mundo de la inversión. En los mercados financieros ser realista resulta especialmente difícil. No sólo tienes que luchar contra ti mismo para evitar tratar de convertir tus deseos en realidades cuando no lo son. Tienes que hacer frente a un montón de opiniones y un exceso de información, en muchos casos interesada.
Pero lo “peor” es que muchas de esas opiniones pueden ser fundadas. Porque un buen asesoramiento permite filtrar las opiniones interesadas, como son las de quienes anuncian constantemente el fin del mundo para vender libros o captar seguidores en las redes sociales. Y, con un poco de olfato, también se pueden detectar aquellos asesores, gestores y analistas que sólo buscan venderte algo que les genere comisiones. De hecho es fácil, porque la inmensa mayoría vive de las comisiones que reciben de los productos que venden (por eso dicen que su asesoramiento es gratuito/barato) Pero es que también hay profesionales serios y esos son los más “peligrosos”, puesto que no podemos descartar sus opiniones de entrada Y suelen ser contrarias unas a otras.
Vamos a ver con un ejemplo como centrarse en la realidad y evitar el ruido y sus consecuencias. El gráfico nº 1 refleja una realidad triste pero claramente demostrativa de lo que estamos hablando y es una buena lección para el futuro. Vemos la enorme diferencia de rentabilidad que se ha producido en los últimos diez años entre el principal índice de la bolsa norteamericana , el SP 500, y los de las bolsas europeas. Es tan abismal que da vergüenza pensar que en ese periodo el consenso del mercado – el ruido – apostó de forma unívoca por Europa, unidad que sólo se resquebrajó temporalmente en los momentos de crisis de la moneda única.
Grafico nº 1: EE.UU. vs Europa, representación gráfica de la realidad.

La corrección política, la seguridad que aporta estar dentro del rebaño y seguir la moda – en este caso la del análisis basado exclusivamente en el precio, el famoso estilo de gestión “de valor” o “value” – llevó a que los inversores españoles perdieran contacto con la realidad. La consecuencia ha sido un terrible coste de oportunidad. En lugar de estar en fondos norteamericanos indiciados – sinónimo de rentables y baratos, respectivamente – los inversores españoles han estado en fondos europeos y de gestión activa, sinónimo de poco rentables y caros.
Lo confieso: en dos ocasiones participé de esta visión – o más bien espejismo -, aunque afortunadamente en una de ellas Europa sí que batió – temporalmente – a Estados Unidos y en la segunda – el año pasado – mi “sarampión del consenso” duró sólo un par de meses. Pero, aunque no he sido inmune al consenso y su pasión por Europa, en términos generales me alegro de haber sido casi siempre más favorable a invertir en bolsa norteamericana, como bien sabe cualquiera que me siga desde hace tiempo.
En el gráfico hemos comparado la evolución en los últimos 10 años de varios ETFs (que siguen a sus respectivos índices). El del SP 500 se ha revalorizado un 140% mientras que al otro lado Atlántico el menos malo – el de Alemania – ha ganado un 20%. Por su parte España pierde en el periodo un 20%. Con estos datos sobran las palabras. Pero podemos sacar varias conclusiones de cara al futuro. Porque, como puede verse, la decisión de invertir más en una u otra zona geográfica es vital para el resultado a medio largo plazo de una cartera de inversiones.
La primera conclusión que saco, aportando una visión que trato esté basada en el sentido común y el realismo, es que el apoyo a la innovación y la tendencia a reducir en lugar de aumentar la burocracia y las regulaciones son determinantes. Y también lo es la existencia de un verdadero mercado único, que en Europa solo lo es de nombre. No creo que nadie pueda poner en duda que si algo diferencia a Estados Unidos respecto a Europa es la capacidad de innovación, un menor lastre burocrático y que si sacas algo al mercado llega automáticamente al país entero. Ninguna de las grandes empresas tecnológicas ni de los grandes disruptores digitales (Google, Amazon, Netflix, Airbnb, Facebook…) es europeo. Lo de la burocracia lo sabe cualquiera que haya trabajado a ambos lados del Atlántico. Y lo de la unidad de mercado es tán real como los diecisiete regímenes jurídicos que hay que sufrir en España para vender algo.
La segunda realidad es que el acierto no es sólo cuestión de precio. A lo largo de todo el periodo analizado Europa ha estado más barata que EE.UU, medidos los precios en términos de PER. En otras palabras: siendo más cara en todo momento la bolsa americana siempre ha subido más. Han pesado más la innovación, la menor carga burocrática y regulatoria que el precio.
¿Hay elementos que nos lleven a pensar de forma realista que esto va cambiar en el futuro? ¿Europa va a reducir la burocracia? ¿Se facilitará la venta intracomunitaria? ¿Tiene aspecto de que apoyar la innovación y el empresariado serán la prioridad? En mi opinión la respuesta que toma como base la realidad es rotundamente no. Al menos por el momento. Casos como el de Macron en Francia, que ha pedido que por cada nuevo proyecto de ley se elimine un procedimiento administrativo son la excepción, no la regla.
Otro elemento que, en mi opinión, explica que el dinero se haya dirigido a EE.UU en lugar de a Europa es la política. Las algaradas políticas no salen gratis. Y lo mismo se puede decir del déficit o de usar la divisa común como elemento de negociación intra europeo, ¿Se imaginan un estado de los Estados Unidos amenazando con irse del dólar sino le dan lo que pide? Aparte de ser una estupidez, transmite falta de seriedad y de seguridad jurídica. ¿Va a cambiar eso en el futuro? Me temo que no. Siendo realistas, la situación política de la euro zona tiene aspecto más de empeorar que de mejorar.
Nacionalismos, populismos, egoísmos, norte, sur, déficit versus equilibrio presupuestario: ninguna de estas divergencias va a ayudar a mejorar la situación política del continente. A muy largo plazo la situación tendría que ir a mejor, simplemente porque no hay otra salida, pero en el medio plazo probablemente tenga que empeorar antes de mejorar.
Ocasional y puntualmente Europa superará en rentabilidad a las bolsas norteamericanas. El precio no es el factor determinante, pero tampoco puede haber diferenciales que vayan precisamente contra el sentido común. En este sentido habrá que estar atento a movimientos tácticos. Además, lo normal seria que algunos países recuperen parte del terreno perdido, como, por ejemplo, Francia o Alemania. Pero, en el largo plazo, me apostaría algo a que el gráfico de los próximos diez años seguirá siendo favorable a los Estados Unidos.