Finalmente, el “escenario Armagedón”. Lo hemos dejado para el final porque con la información que tenemos actualmente las probabilidades de que se materialice son muy pocas, por no decir ninguna, pero eso no significa que no tengamos que estar preparados.
El escenario Armagedón es aquel en el que se comprueba que las vacunas que tenemos actualmente han dejado de funcionar o han perdido tanta eficacia que hay que empezar de nuevo. Y volver a la casilla de salida después de haber endeudado al mundo a niveles desconocidos para hacer frente a la primera pandemia nos pone en una situación muy delicada si hubiera que enfrentarse a una segunda y empezar de nuevo.
En ese caso sería muy importante actuar tan pronto se confirme o se sospeche que ese vaya a ser el veredicto. Ante una situación así y suponiendo que se viera venir, quien tenga una cartera de ETF junto con su cartera de fondos tradicionales tendrá mucho ganado. ¿Por qué? Pues porque los ETF se pueden vender en minutos y eliminar así rápidamente la exposición a los activos de riesgo, mientras que eso no se puede hacer con fondos tradicionales.
Si por ejemplo tenemos el 70 % de nuestro patrimonio financiero en fondos de inversión tradicionales y un 30 % en ETF, podríamos cubrir en minutos ese 30 %
de nuestro patrimonio. Pero no solo podríamos cubrirnos en el sentido de reducir nuestra exposición a la renta variable u otros activos de riesgo. También podríamos apostar contra la evolución de los activos de riesgo.
Por ejemplo, podríamos comprar en minutos ETF que apuesten por la caída de las bolsas, de forma que estaríamos ganando con el desplome que se produciría si se descubriera que las vacunas actuales resultan inservibles y hay que empezar de nuevo. En ese caso no solo estaríamos reduciendo el riesgo, sino que el beneficio obtenido compensaría sobradamente lo que pudiera perder la parte de la cartera que estuviera en fondos tradicionales de renta variable u otros activos de riesgo.
Por eso decimos que contar con una cartera de ETF es como tener un seguro: la utilidad no se nota plenamente hasta que se produce un siniestro, pero cuando se produce se agradece tenerlo. Con la ventaja de que la cartera de ETF es más barata que la de fondos y además nos permite invertir en algunos activos en los que no podemos invertir utilizando fondos de inversión tradicionales.
En el escenario Armagedón, además de reducir lo más rápidamente posible la exposición a los activos de riesgo o, mejor todavía, apostar contra ellos, habría que cambiar totalmente de estrategia y tomar posiciones en bonos soberanos de alta calidad crediticia, aunque su rentabilidad fuera negativa. Porque la rentabilidad estaría en la protección (de los estados y de los bancos centrales de esos países). Pero habría que ir con cuidado, porque los bancos centrales están exhaustos y han gastado mucha munición, haciendo frente primero a los riesgos deflacionistas y luego a la pandemia. Inyectando más liquidez podrían llegar a perder la confianza del mercado y los bonos convertirse en papel mojado.
En el escenario Armagedón tampoco nos servirían las criptomonedas. Cuando se anunció el descubrimiento de la variante Ómicron cayeron mucho más que la renta variable, lo cual no es una buena señal en el supuesto de que se anunciara que no tenemos vacuna ni sabemos cuándo podríamos tenerla.
Por el contrario, el oro fue de los pocos activos que subió. No subió mucho, pero porque el mercado no ha pensado seriamente en el escenario Armagedón. Si se produjera, casi con total seguridad que el oro sería un gran beneficiario. Con la ventaja de que se puede comprar también en minutos utilizando ETF.
Habría más beneficiarios. Iríamos a un mundo de confinamiento, donde la tecnología ya ha demostrado que puede llegar a sustituir muchas cosas. Pero además del NASDAQ con sus valores preparados para una economía de confinamiento, sería bueno posicionarse en las tecnologías que se mueven alrededor del metaverso, porque, al tratarse de un mundo virtual, se convertiría en una necesidad operativa y social.
Los clientes Premium de Nextep conocen bien cuáles son esas tecnologías y los productos para invertir en ellas, ya que dentro de dicho servicio se incluyen notas de análisis de alto valor añadido y recientemente emitimos una denominada “Cartera para hijos y nietos”, centrada precisamente en este tipo de tecnologías novedosas con alto potencial de crecimiento o disrupción.
También estamos estudiando una alternativa para ofrecerla junto a estos “Cuadernos”, para que ustedes puedan “saltarse” las barreras de entrada que han instaurado los proveedores de productos financieros para evitar que los ETF se coman el mercado. Porque esas barreras son las que impiden invertir en tecnologías innovadoras con alto potencial de crecimiento, incluidas las del metaverso. No se puede centrar la inversión en estas tecnologías y empresas utilizando fondos de inversión tradicionales. Pero todos los muros tienen sus huecos y todas las barreras tienen defectos de fabricación. Estamos en ello.