Hasta que pueda ofrecer el servicio de asesoramiento personalizado que estamos creando desde Nextep Finance (www.nextepfinance.com), donde se recomendarán fondos concretos y carteras a la medida de cada inversor, incluiré en este informe las tres carteras modelo que tengo yo para tres perfiles genéricos de inversión: conservador, equilibrado y agresivo.
No se incluyen nombres de productos porque, de acuerdo con la legislación vigente, en informes como este no se pueden hacer recomendaciones de productos concretos para perfiles personalizados. Así que eso queda, como digo, para nuestro futuro servicio de asesoramiento. Manténgase suscrito a estos “Cuadernos” y podremos avisarle cuando esté disponible (si se dan de baja la LOPD nos impedirá ponernos en contacto con Uds. para informarles del lanzamiento)
La idea es que, hasta entonces, los lectores puedan comentar estas ideas con su asesor o intermediario financiero, analizando en cualquier caso si son aptas y se adecúan a su perfil de inversión, de acuerdo con el test de idoneidad que tiene que realizar con la entidad que le vende los fondos. Son ideas que cualquier asesor o intermediario mínimamente cualificado entiende perfectamente.
Vamos, pues, con las carteras. Como saben, acabé el año con posiciones muy defensivas, que sugerí tomar antes de la corrección de Octubre – en el caso de los perfiles conservadores y equilibrados – y poco después de la misma en perfiles agresivos, dado que estos contaban con la cobertura de que los fondos de renta variable estaban en dólares (ver capítulo “Como cubrirse” de este informe)
En el informe de Enero incrementé el peso de la renta variable. Me parecía un “crimen” no aprovechar el pánico que se había generado en el mercado. La idea ha funcionado, al menos por el momento, pero tampoco quiero tomar una exposición importante hasta que sepamos cual va a ser la política de la Reserva Federal y si Estados Unidos y China van a cesar las hostilidades en su guerra comercial. Porque hasta que no se den estas dos condiciones, va a ser muy difícil que haya una recuperación consistente en las bolsas.
En renta variable he concentrado mi posición en un fondo global, porque se corresponde bastante bien con la distribución por países que considero adecuada en la situación actual del mercado y simplifica mucho la inversión. El único matiz es que he añadido una posición específica para un fondo que invierta en Asia Pacífico Ex Japón en la cartera de perfil agresivo.
Mantengo un alto nivel de liquidez, que me permita aprovechar posibles “replicas” del último “terremoto” bursátil para aumentar de nuevo el peso de la renta variable en cartera si las perspectivas fueran favorables.
Al inicio del año reduje el peso del dólar, pero vista la desaceleración europea y lo que se va alejando la subida de tipos, he vuelto a niveles parecidos a los del año pasado.
En cuanto a la renta fija, si por algún motivo repuntara el tipo de interés del bono norteamericano a zonas cercanas al 3%, compraría un fondo que invierta en deuda norteamericana de largo plazo (si bien tengo muchas dudas de que eso pueda ocurrir) También lo haré si necesito cobertura “anti recesión”. Mientras tanto, los bonos en dólares de corto y medio plazo que tengo en las carteras – desde hace más de un año – siguen siendo interesantes para aprovechar el diferencial de tipos entre Europa y Estados Unidos – favorable a estos últimos – y como cobertura frente a la volatilidad de la renta variable.
En cuanto a Europa, mejor liquidez que fondos de renta fija de corto plazo y que mixtos conservadores que pueden perder valor como consecuencia de sus altas – e incluso abusivas – comisiones. Mantengo una pequeña posición en un ETF de renta fija europea que se beneficie del proceso de vuelta a la realidad por parte del Banco Central Europeo, que no sólo no va a poder subir los tipos de interés, sino que probablemente tenga que aplicar de nuevo medidas de estímulo. Y no tiene porqué ser necesariamente otro QE. Es una posición pequeña, porque la única posibilidad de obtener plusvalías en bonos europeos es que Europa se ”japonice” (ver epígrafe de renta fija). Algo posible, cierto, pero de momento no es le caso.
Las Carteras
ACTIVO | PESO EN | PESO EN | PESO EN |
CARTERA | CARTERA | CARTERA | |
CONSERVADORA | EQUILIBRADA | AGRESIVA | |
Cuenta corriente. | 40% | 25% | 25% |
ETF referenciado al índice Barclays EU Aggregate Bond (*) | 30% | 20% | 0% |
Fondo de bonos (Renta Fija) USA de corto/medio plazo (**) | 10% | 15% | 15% |
Fondo de R. Variable referenciado al MSCI World Index (***) | 20% | 40% | 50% |
Fondo de R. Variable que invierte en Asia Pacífico (sin Japón) | 0% | 0% | 10% |
(*) En su defecto, cuenta corriente. | |||
(**) Invierte en bonos de entre 1 y 3 años de duración. En dólares USA. | |||
(***) En euros. |
Además de esta cartera táctica mantengo una cartera estratégica. Son planteamientos muy diferentes. La cartera táctica – que corresponde a los tres perfiles mostrados anteriormente – está planteada con visión de medio plazo, es decir, trata de obtener un buen resultado en un plazo de entre uno y tres años. En cambio la cartera estratégica trata de obtener un buen resultado a más de cinco años vista.
Para evitar la tentación de ver la cartera estratégica como si fuera una cartera táctica, una vez comprados los fondos evito llevar a cabo un seguimiento de los mismos. Sólo comparto con Uds. el momento de compra, bien a través de estos informes, bien a través de mi cuenta en Twitter (@AlvargonzalezV)
Hace poco comenté que, aprovechando la corrección, había realizado la compra estratégica basada en la idea “China y sus proveedores” (ver Informe del mes de Noviembre 2018) Y en el informe de Enero – y en Twitter – comenté la compra de fondos relacionados con la idea de “La Eurozona, por su precio”, cuyos detalles comenté también en el “Cuaderno” de Noviembre.
La inversión estratégica en fondos tiene que realizarse como el que compra un inmueble. Comprar y olvidarse de la posición hasta que pasen varios años.
Como he comentado en ocasiones anteriores, estas posiciones estratégicas son para, una vez tomadas, olvidarse de ellas hasta dentro de, como mínimo, cinco años. Como si se tratara de la compra de un inmueble. Nadie invierte en un inmueble y mira todos los días si ha cambiado de precio. Se mira cuando se va a vender o cuando han pasado unos años desde la compra. Así se evita el riesgo de actuar por impulsos o con visión de corto plazo. Pues lo mismo debe hacerse con la cartera estratégica de fondos de inversión.