Observarán que en el título de este capítulo digo ”cómo” y no “dónde” (aunque voy a hablar de ambas cosas). Y lo digo porque creo que este año es importante dividir la cartera en corto y largo plazo. Aunque sólo sea mentalmente. Estamos en una situación en la que podríamos arrepentirnos si no la aprovechamos para tomar posiciones, pero no es menos cierto que, a corto plazo, podríamos arrepentirnos si no somos prudentes.
Hay bolsas donde “llueve sobre mojado”. Donde la corrección se ha producido sobre importantes comportamientos bajistas previos, lo que ha situado varios índices en niveles de descuento muy importantes sobre sus máximos históricos. Es el caso de la Eurozona. No son tantas las ocasiones en las que un mercado avanzado pierde un 40% sobre máximos históricos, como ocurre con el Eurostoxx 50. Podemos hacernos una idea de lo que estamos hablando mirando a los gráficos número 1 y 2 de este informe.
Hay bolsas donde “llueve sobre mojado”. Donde la corrección se ha producido sobre importantes comportamientos bajistas previos.
En el primero vemos la valoración de Europa vs EE.UU. No había estado tan barata desde el año 1.970. En el segundo vemos su PER actual respecto a la media de los últimos diez años. Estamos muy por debajo de la media y a niveles de 2011, es decir, a la valoración que había un par de años después de la mayor crisis financiera que ha vivido la zona euro. Si el “truco” de este negocio consiste en comprar barato, no es mal momento para planteárselo.
Gráfico nº 1: valoración de las acciones europeas vs las acciones de EE.UU.

Por muy mal que esté la eurozona – y probablemente lo vaya a seguir estando -, estamos hablando de precios históricamente bajos en empresas que son, en muchos casos, multinacionales, no sólo sociedades con actividad en Europa. Es posible que el mercado caiga más, pero, con cierta perspectiva de largo plazo, me parece una oportunidad que no voy a dejar pasar, como comenté en el informe enviado a primeros del mes de Enero.
Gráfico nº 2: el PER de la zona euro y su media de los últimos diez años.

Algo parecido puede decirse de China. El gráfico nº 3 nos da una idea visual de donde estamos. Ha caído un 60% sobre sus máximos históricos (año 2007) Un fuerte descuento para un país que, sean las que sean sus dificultades en el corto plazo, presenta una de las tasas de crecimiento potencial más altas del mundo. Y un plan de estímulo que se inicia ahora. Por no hablar de aprovechar la oportunidad de la caída general del mercado chino para entrar a buen precio en sus empresas tecnológicas. Además, utilizando un fondo de Asia-Pacífico (ex Japón) aprovechamos que la corrección ha afectado también a mercados como Corea y, por supuesto, Hong Kong, donde cotizan muchas de las compañías que en mi cartera estratégica llamo “los proveedores de China”. Eso sí: la prudencia del corto plazo me lleva a limitar esta compra, de momento, a las carteras agresivas.
Gráfico nº 3: el índice de la bolsa de Shanghái desde el año 2000

Porque, mirando a corto plazo, el mercado está todavía inestable. La Reserva Federal se ha pasado de frenada y ya veremos si no provoca una recesión o sí, por el contrario, detiene el proceso o incluso lo revierte. También podría ocurrir que no se hayan equivocado y que tenga que seguir subiendo los tipos de interés, lo cual sería muy negativo para las bolsas. Por su parte, China y Estados Unidos podrían llegar un acuerdo, lo cual sería muy positivo para los mercados, pero también podrían no alcanzarlo y las consecuencias en un entorno tan frágil como el actual serían poco atractivas.
Hay que aprovechar la corrección porque sería una pena no hacerlo. Pero de momento hay que hacerlo en pequeñas dosis y con cierta cobertura.
En otras palabras: a corto y medio plazo puede pasar de todo y no necesariamente bueno, así que hay que aprovechar la corrección porque sería una pena no hacerlo, pero de momento hay que hacerlo en pequeñas dosis y con cierta cobertura.