Jack Ablin es el director de estrategia de Cressett Wealth Advisors. Tanto él como su empresa cumplen las condiciones necesarias para aparecer en esta parte de los “Cuadernos” en la que “invitamos” a profesionales cuyas ideas no coinciden con las nuestras. Nada como una opinión fundada contraria a la nuestra para realizar un saludable “test” a nuestras convicciones. Si lo superan, saldremos reforzados. Si nos convencen, habremos rectificado a tiempo. En cualquier caso tendremos en mente sus argumentos por si empiezan a cumplirse en detrimento de los nuestros y eso nos permite rectificar a tiempo.
Decimos que Ablin cumple las condiciones porque no es un agorero profesional que viva de vender libros anunciando desastres financieros (para así cuando ocurran poder decir “ya lo avisé”) y tampoco trabaja en una empresa que venda productos financieros y esté pensando más en vendernos algo que en asesorarnos. Cressett es una “boutique” independiente que solo cobra al cliente (“fee only”) y no recibe comisiones de los fabricantes de productos financieros.
Ablin dice que “Trump y compañía están atizándole a un burro que se mueve tranquilamente al 2% para que se convierta en un caballo de carreras y corra al 3%”, refiriéndose obviamente a la economía norteamericana.
Considera que ese ritmo de crecimiento irá utilizando y, en consecuencia, reduciendo la capacidad productiva de la economía USA, de forma que llegado un momento, estará utilizando toda su capacidad y llevará a un aumento de la inflación.
Si, como predice Ablin, ese recalentamiento lleva a que los tipos de interés de los bonos a diez años suban del 2,90% actual al 4% que prevé, entonces muchos gestores de compañías de seguros y grandes fondos de pensiones decidirán pasar dinero de la renta variable a la renta fija y sentarse sobre ese cupón del 4%, lo que detraerá mucho dinero de las bolsas y generará una bajada que cifra en un 10% – 15% desde los niveles actuales.
Lo que me genera ciertas dudas es en el tema de la capacidad productiva. Es un argumento serio y fundado. Un dato a vigilar.
Respecto a la inflación en general ya saben Uds. que no coincido con Ablin. Lo he explicado en el capítulo segundo de este informe y sigo pensando lo mismo incluso después de analizar los argumentos que presenta. Dónde sí me genera ciertas dudas Ablin es en el tema concreto de la capacidad productiva. Es un argumento serio y fundado. Un dato a vigilar.
Ahora bien, sigo pensando que en este mundo tan globalizado hay que pensar en capacidad productiva global y la capacidad ociosa que existe a nivel mundial es todavía muy elevada. Además creo que Ablin no valora adecuadamente el cambio digital. En la economía norteamericana, como en todas las avanzadas, el mayor peso recae en el sector servicios. Y en el mundo digital el aumento de capacidad de los servicios depende más de las mejoras en la automatización, de los desarrollos tecnológicos o de la aplicación de inteligencia artificial que del espacio de oficina.
De hecho, la digitalización tiende más a cerrar oficinas que a abrirlas. Se trata de que la gente use aplicaciones móviles e internet y de que no tenga que trasladarse físicamente, sino todo lo contrario. Esto retrasaría el proceso del que habla Ablin, que creo está viendo la economía más como era en los años sesenta que en los 90, cuando la productividad y el incremento de la producción se basó en el incremento en el uso de ordenadores y de la robotización (y no se disparó la inflación)
Respecto a las fábricas, es decir, la producción industrial propiamente dicha y no de servicios, estas se van a seguir abriendo allí donde la mano de obra sea más barata, sea en Méjico o en India, por mucho que Trump intente imponer tarifas que sabe se volverán contra él. Por no hablar de la robotización, que es en lo primero que se piensa hoy en día en una fábrica ante cualquier incremento de demanda.