Mario Draghi me recuerda a esas personas de buena fe que se cargan con el trabajo de los demás y luego, encima, les critican.
No es su papel sacar a Europa de la euro esclerosis en la que la han sumido sus políticos, que ahora se ponen de perfil y esperan a que Draghi arregle el tejido productivo que ellos han estropeado con sus excesos en materia de impuestos, burocracia y falta de estímulo al empresariado y a la innovación.
Pero han conseguido desviar la atención hacia el Banco Central Europeo y ahora todo el mundo le dice a Draghi que sus medidas de estímulo no van a servir para nada. Pues claro que no, no están pensadas para corregir años de mala política económica. El arsenal del Banco Central europeo está pensado para controlar el nivel de inflación. Y no se puede luchar contra la ola desinflacionista si viene apoyada por un tsunami de mala política económica.
No se puede luchar contra la ola desinflacionista si viene apoyada por un “tsunami” de mala política económica.
No es mi intención aburrirles con mi opinión sobre cómo debería de solucionarse el grave problema de estancamiento económico y falta de innovación y espíritu empresarial de la Unión Europea. Mi misión como asesor financiero es que, ya que la economía real no se va a beneficiar, – o solo tangencialmente – de los esfuerzos del Banco Central Europeo, que al menos ustedes se beneficien como inversores.
Con este objetivo y dada la importancia del asunto, voy a insistir en algo que ya traté en el “Cuaderno” anterior, pero en esta ocasión concretando el tipo de fondos de inversión que debemos de tener en cartera ante un posible nuevo QE.
El problema para el BCE es que si compra muchos bonos alemanes, holandeses o franceses llevaría a la deuda pública de esos países a un terreno de rentabilidad tan profundamente negativo que haría daño a los bancos de la eurozona. ¿Porqué los bancos? Primero porque afecta a su margen financiero. Segundo, porque son los principales inversores en bonos soberanos de la eurozona, junto con los fondos de inversión y los planes de pensiones.
Es cierto que el problema se compensaría parcialmente por las plusvalías (1) que generaría en la cartera de deuda pública de dichos bancos la bajada de tipos, pero sería pan para hoy y hambre para mañana, porque los tipos de interés no pueden bajar eternamente y al final lo que le queda al banco es un cupón negativo.
Así llegamos a la ironía de que los países que menos cuidan el equilibrio presupuestario serán, en mi opinión, los más beneficiados por las compras del Sr. Draghi. Son los únicos cuyos bonos con vencimiento a más diez años dan rentabilidad positiva. Así se evita que las compras del BCE sigan bajando todavía más el tipo de interés de los bonos con rentabilidad negativa. El efecto secundario es que los políticos de los países “incumplidores” se ahorran una fortuna en intereses y pueden seguir gastando en todo tipo de medidas populistas para ganar votos. Y seguro que no van a desaprovechar la oportunidad.
En la tabla nº 1 pueden ver a qué me refiero. La tabla es global – la vamos a utilizar en otros capítulos – , pero fíjense en los países de la eurozona: aquellos con políticas presupuestarias serias siempre han pagado menos por endeudarse, lo cual tiene toda la lógica. Pero hemos llegado a un punto en que se les paga por prestarles dinero. Y eso tiene menos lógica económica. Son los títulos – bonos – de los países que aparecen en la zona color rojo.
Tabla nº 1: países que pagan por pedir prestado y países que cobran por prestar.

Por el contrario, aquellos que no han hecho bien sus deberes – y sigo hablando de la zona euro – todavía pagan intereses, al menos en una parte de su deuda pública. En la eurozona son países como España o Italia, cuyos títulos aparecen en la tabla nº 1 en la zona color verde.
Pues bien, aunque el BCE tiene que mantener cierta equidad en sus compras, mi opinión es que modificará las reglas que la rigen actualmente para reducirlas en títulos con rentabilidad negativa y aumentarlas en títulos con rentabilidad positiva. Comprará más bonos de las “cigarras” y menos de las “hormigas”, si me permiten la expresión. Comprará bonos en la zona color verde de la tabla nº 1 y, en consecuencia, los fondos de inversión cuyas carteras se encuentren posicionadas de forma mayoritaria en esa zona serán los principales beneficiarios en lo que respecta a compras de deuda pública europea.
Los fondos cuyas carteras se encuentren posicionadas en la zona verde de la tabla nº 1 serán los principales beneficiarios de las compras de deuda pública.
Localizar este tipo de fondos no es difícil. Nuestro asesor, proveedor o intermediario financiero debe ser capaz de seleccionar un fondo de renta fija de la eurozona – mejor todavía un ETF, que es mucho más barato – y ver en la ficha del fondo o del ETF cuáles son las principales posiciones. A más coincidan con los países la zona color verde de la tabla, más se verá beneficiado, en mi opinión, el fondo en el caso de que, finalmente el BCE decida premiar a las cigarras en detrimento de las hormigas.
Pero las “cigarras” no serán los únicos beneficiarios. Habrá otros títulos todavía más beneficiados. Son los bonos corporativos.
Que el BCE compre bonos corporativos reduce los costes de financiación de las empresas y evita premiar a políticos irresponsables. Y es lo que creo que hará el BCE si inicia un nuevo QE. Cierto, también se premia así a gestores incompetentes, pero normalmente los accionistas son más exigentes que los votantes y el dinero dirigido a ayudar a las empresas es un dinero mejor utilizado que el dirigido ayudar a los políticos.
Las compras del BCE en un mercado como el de renta fija corporativa tienen un efecto multiplicador superior que el que se genera en un mercado mucho mayor y mucho más líquido como es el de la deuda soberana. En corporativa es el efecto del elefante en la cacharrería. Pero en este caso para bien.
No es mi misión analizar la ortodoxia de lo que hagan los bancos centrales. Mi misión es identificar sus movimientos y que ustedes se beneficien de ellos.
Donde más se va a notar la entrada del elefante es en el mercado de bonos corporativos de menor calidad crediticia o “high yield”. Y en general en los plazos largos, se trate o no de “high yield”. Y, aunque parezca mentira, tampoco son difíciles de localizar los fondos de inversión que invierte en este tipo de activos. Basta con solicitar fondos de renta fija corporativa europea de alta duración y media o baja calidad crediticia. Son fáciles de encontrar en cualquier plataforma multimarca.
Finalmente, y como parece que no puedo hacer una predicción sin que una parte de la misma sea fuertemente criticada, como me pasó con los bonos corporativos en el QE anterior – que al final compró masivamente el BCE – , no descarto que en esta ocasión el señor Draghi compre ETFs sobre el Eurostoxx. No entro en si eso es ortodoxo o no. No es mi misión analizar la ortodoxia de lo que hagan los bancos centrales. Mi misión es identificar sus movimientos y que ustedes se beneficien de ello. Lo de criticarles queda para quienes, por centrarse en la crítica y olvidarse de los mercados, han hecho que sus clientes se pierdan las subidas históricas que han supuesto para las bolsas estos procesos de estímulo monetario. Mientras ellos critican, yo les sugiero a ustedes que tengan en cartera fondos de renta variable europea.