Si no habláramos de auténticos dinosaurios, de los cuales muchos sobreviven gracias a la protección política, el gráfico nº 1 sería para comprar mañana mismo fondos del sector bancario europeo.
Gráfico nº 1: la banca, a niveles de finales de los 80

El gráfico nº 1 nos está diciendo que el sector se está valorando al mismo nivel que en el año 1987. Pero su volumen de ingresos en 2019 es muy superior.
Ahora bien: cuidado con las apariencias y las simplificaciones. Porque otra forma de verlo es que, por ejemplo, a la banca le quiten una gran parte de su negocio los gigantes digitales. Simplemente con que Amazon, Apple o Facebook compraran una ficha bancaria europea ya les haría mucho daño. Así que la decisión de comprar fondos del sector bancario europeo es la típica decisión de inversión donde el riesgo es muy alto aunque el beneficio potencial también lo sea.
La inversión está clara, porque bancos va a seguir habiendo y el proceso de restructuración que les llevará a tener el tamaño y el modelo de negocio adecuados ha empezado. Lo que no está tan claro es en que momento del proceso estamos y, por lo tanto, el “timing” de entrada.
Empezaría por analizar el sector sin entrar en la posible competencia digital, porque los políticos europeos harán todo lo posible por proteger a la banca tradicional frente a cualquier intento de competencia por parte de las grandes empresas digitales. Y aunque creo que al final el poder y, sobre todo, el dinero de estas últimas conseguirá ablandar las voluntades de muchos partidos y políticos europeos, va a llevar mucho tiempo.
El caso es que dar con el momento adecuado para volver al sector puede ser una de las decisiones de inversión que marquen la diferencia en la rentabilidad de una cartera de fondos. Y probablemente sea demasiado pronto. Los precios descuentan el daño producido por los bajos tipos de interés, pero yo creo que no del todo, porque el mercado todavía piensa que los tipos subirán en un plazo relativamente corto de tiempo (meses, año..) Yo, en cambio, creo que lo de los tipos cero o negativos va para largo.
La restructuración en precios que van a sufrir los productos financieros en Europa no está descontada en la cotización de los bancos.
Además, los bancos están consiguiendo salvar su cuenta de resultados gracias a esos clientes que piensan que el asesoramiento de la banca es gratuito, es decir, los que no se fijan en las altísimas comisiones de gestión que les cobran en sus fondos de inversión. Pero al final la gente acaba enterándose, por ejemplo, de que pueden obtener un resultado mucho mejor y pagar mucho menos en comisiones utilizando fondos indiciados (o indexados) que, además, también venden algunos bancos. O de que transferencias y pagos pueden hacerse con comisiones mucho menores por otras vías.
Yo creo que la restructuración en precios que van a sufrir los productos financieros en Europa no está descontada en la cotización de los bancos porque todo el mundo piensa que son inmunes. Y es cierto, en gran medida lo son, ya que su poder omnímodo sobre la distribución seguirá existiendo ahora y dentro de diez años (a más largo plazo tengo mis dudas). Además, muchos de esos fondos se compran porque, si no, no te dan ese crédito que has solicitado, lo que eufemísticamente se conoce como “venta cruzada”.
Pero luego están todos esos fondos de inversión y otros productos financieros que compra la gente libremente para ahorrar e invertir. En esos va a empezar a ser difícil cobrar un 1,50% anual por garantizar pérdidas (fondos de renta fija) o el 1% por garantizar rentabilidad cero (fondos garantizados). Sobre todo cuando en el “local” de enfrente se paga el 0,30% y encima se gana dinero.
Pero no es menos cierto que el día en el que estén descontadas en el precio las fusiones forzadas por el Banco Central Europeo – que generarán un importante ahorro en costes – y un nivel de ingresos por comisiones acordes con cierto nivel de competencia (vuelta a la realidad) estaremos hablando entonces de un precio razonable. Probablemente incluso atractivo, porque los mercados tienden a pasarse de frenada y, ahora mismo, la imagen del negocio bancario y las expectativas de los analistas son muy malas.
El “quid” de la cuestión estará, por lo tanto, en detectar el momento en el que el precio descuente todo lo anterior o, mejor todavía, cuando sea realmente pesimista. Una buena señal de entrada podría ser el inicio de las fusiones y adquisiciones intracomunitarias entre grandes entidades del sector, que ya “aconseja” el BCE, pues de alguna manera señalará el inicio del proceso de adaptación a la realidad. Les mantendremos informados.