Y no hablo del coronavirus. El oro ha demostrado su capacidad de cobertura en esta crisis y también durante la reciente crisis entre Irán y Estados Unidos. En realidad no es una novedad, pero nos recuerda que tenemos que seguir analizando coberturas para cuando llegue la crisis de verdad, es decir, la que nadie se espera, una cuyas consecuencias no acaban cuando se encuentra una vacuna de un virus o este pierde virulencia por el cambio de estación climática.
Vamos a hacer un ejercicio de ciencia ficción y de simulación, poniendo un ejemplo de cuál podría ser el origen de una crisis de ese tamaño y, vista la experiencia, cuales podría ser los refugios.
Aclaro desde ya mismo que no pienso que ese escenario esté en el horizonte a corto o medio plazo. Sólo estamos preparando las herramientas para cuando llegue el invierno económico o financiero. Como unas maniobras militares, vaya.
Lo que de verdad podría generar una crisis de muy difícil solución y graves consecuencias económicas, sería la pérdida de confianza en los bancos centrales.
Para mí lo que en un futuro todavía lejano podría generar una crisis así sería la pérdida de confianza en los bancos centrales. Personalmente creo que han hecho muy bien en tratar de evitar un daño mayor, pero la política de fabricar dinero, si no puede detenerse, puede llegar a hacer perder la confianza en ese dinero. Al fin y al cabo es solo un papel o una referencia técnica en un servidor informático. Aclaro, de nuevo, que es perfectamente posible que los bancos centrales puedan reducir su balance y desandar el camino andado si la economía mejora y pueden ir retirando liquidez, como ya ha empezado a hacer la Reserva Federal de los Estados Unidos.
Pero supongamos que no es así. Ahora mismo el banco de Japón no podría bajo ningún concepto desandar el camino andado. El BCE tampoco. Y si la Reserva Federal de los Estados Unidos ha podido hacerlo es porque la economía norteamericana crece y se pueden permitir el “QE inverso”. Pero si aflojara sería muy difícil que siguieran drenando liquidez.
Otro aliado del oro como cobertura serían los déficits, cada vez mayores, que acumulan los gobiernos. Si la crisis no viene por la desconfianza en los bancos centrales, podría venir por la desconfianza en las economías por su excesivo endeudamiento. O una mezcla de ambas. En el mundo financiero las crisis suelen ser crisis de confianza. De repente los inversores piensan que se ha dado demasiado crédito a gente que no puede pagarlo – crisis de las subprime – o se desconfía de la capacidad de pago de los países del sur de Europa – crisis del euro – o de las valoraciones de determinadas empresas – crisis de las “punto.com” -, etc., etc.
Los defensores del Bitcóin dicen que se convertirá en el antídoto frente a la desconfianza en los bancos centrales. Yo no les voy ni a quitar ni a dar la razón, porque no tengo elementos de juicio sobre las criptomonedas ni posibilidad de realizar un análisis fundamental. Y si bien creo que la idea de una cripto moneda como refugio ante la desconfianza en los bancos centrales tiene una base sólida, al estar apoyada en la tecnología Blockchain, es difícil saber cuál de las criptomonedas tomaría tomaría ese papel de refugio ¿el Bitcóin? ¿Libra? (la que quiere crear Facebook) ¿otra que está por llegar?
Por otra parte, si vemos la evolución del Bitcóin durante la crisis del coronavirus, no parece muy prometedor como refugio. Aunque también es cierto que ha demostrado correlación negativa con las bolsas en otras ocasiones. Pero desde el punto de vista del análisis técnico, que es el único que me veo capacitado para realizar en relación con el Bitcóin, lo único que se puede afirmar es que su correlación con las bolsas puede llegar a ser negativa y por lo tanto una buena fuente de diversificación. Pero no queda tan claro que vaya a subir automáticamente – correlación negativa siempre – ante una crisis de la magnitud que estamos planteando para nuestro simulacro.
Oro, franco suizo y, posiblemente, una criptomoneda potente. Ahí podría estar la cartera ideal frente al Armagedón financiero.
En una crisis de confianza sobre la capacidad de los bancos centrales o de las economías para que esos papeles que llamamos dinero representen algo, probablemente el dólar no fuera una cobertura adecuada. Y mucho menos el euro. En todo caso el franco suizo. Y no lo serían en absoluto los bonos. El único que pasaría la prueba del algodón sería el oro y, quién sabe, alguna cripto moneda que se haya ganado la confianza de los inversores. Oro, franco suizo y posiblemente una criptomoneda potente. Ahí podría estar la cartera ideal frente al Armagedón financiero.
Pero no se me alarmen, el objetivo de este capítulo no es entrar en el club de los que anuncian constantemente el fin del mundo para que ustedes vayan a buscar su protección. El objetivo es tener claro cuál sería la protección máxima, la que funcionaría en cualquier escenario de crisis, se bélica, política o financiera. De momento el oro y el franco suizo siguen pasando casi todas las pruebas. Con la ventaja de que, aparte del oro físico, se pueden tener productos financieros que están apoyados en oro físico y que en la práctica actuarían de la misma forma sin ser tan aparatosos. También lo han demostrado en estas crisis.
De hecho hace varios meses emitimos una nota de análisis desde Nextep cuyo contenido trataba de dar respuesta a la pregunta de qué activos sustituirán como refugio a la renta fija cuando ésta deje de serlo, lo que nos llevó a un análisis detallado de las distintas opciones que existen a nivel de productos financieros. Y desde luego por falta de productos no será. Se puede cubrir con oro el riesgo de crisis sin necesidad de tener que dormir con una escopeta para vigilar la caja fuerte.