Hace un par de años, el anuncio por parte de la Reserva Federal de los EE.UU. de que estuviera pensando en reducir su balance habría generado un terremoto financiero. Hablamos de vender en el mercado billones de dólares en bonos del Estado y otros activos financieros que compró como forma de inyectar liquidez en la economía y apoyar la recuperación (lo que se conoce como “Quantitative Easing”) Pues bien, ahora anuncian que eso es precisamente lo que van a hacer: recoger velas ¿Y qué ocurre? Pues nada. Absolutamente nada.
Balance de la Reserva Federal durante el QE y estimación de cuál puede ser el proceso de “adelgazamiento”, según The Wall Street Journal y la propia Fed

Basado en un estudio de la propia Fed, vemos cómo el plan es pasar de 4,2 billones en activos (en el gráfico habla de “trillions” porque es nomenclatura anglosajona) a 2,5 billones en 2025.
Aunque la reducción solo fuera la mitad, la cifra es brutal y el mercado, tan consciente de ello como que hasta hay un plan oficial, lo asume con total normalidad. En mi opinión, que ni el consenso ni los medios hablen de esto no significa que no sea importante y debemos de sacar conclusiones al respecto.
Si Ud. invierte en los mercados financieros es importante escucharlos. En los movimientos de los mercados encontramos la mejor información, especialmente sobre dos cuestiones fundamentales para determinar tendencias futuras: hacia dónde va el dinero y cuál es la fortaleza de las tendencias. Al final, los agoreros siempre tienen razón, sencillamente porque las tendencias no son infinitas, ya que la economía y los mercados son cíclicos. El “truco” es aprovecharlas mientras duren. Y pueden ser muy largas.
Si se invierte en los mercados financieros es importante escucharlos. En sus movimientos encontramos la mejor información sobre dónde va el dinero y sobre la fortaleza de las tendencias, ya sean alcistas o bajistas.
De la respuesta tan positiva que han tenido las bolsas norteamericanas ante el aviso de la Fed podemos sacar varias conclusiones. La primera, su fortaleza. Para hacerse una idea de lo diferente que es la salud de Wall Street ahora en comparación con hace unos años, baste recordar la fuerte caída que tuvieron los mercados cuando el entonces presidente de la Fed, Ben Bernanke, anunció que iba a detener el proceso de estímulo monetario. Ni siquiera planteó deshacer el camino andado. Simplemente dijo que iban a detenerse (el famoso “tapering”). Y la que se lio. Ahora, ni se han inmutado.
Otra conclusión es que los inversores confían en la capacidad de la administración Trump para relanzar el crecimiento económico. De hecho, esa era la estrategia de la Fed: la economía estaría en condiciones de asumir una restricción monetaria de este calibre cuando estuviera fuerte. Casi nadie – por no decir nadie – dio el mínimo crédito a esta estrategia. Fuimos muy pocos los que dijimos que, al menos, había que darle a la Reserva Federal el beneficio de la duda. Pues ya ven: al menos por el momento, su estrategia está funcionando. Obviamente tendrá que ser un proceso lento y gradual, lo contrario sería sin duda muy negativo, pero mientras haya solidez económica, podrán hacerlo.
Los analistas y tertulianos cuya actividad habitual es anunciar el derrumbe de los mercados se han quedado de piedra: la Fed dice que tiene intención de poner en el mercado una enorme cantidad de bonos y el precio de la deuda soberana de los Estados Unidos no sólo no baja, sino que sube. Por su parte, las bolsas USA, que de rebote y según estos mismos analistas también se iban a hundir, rozan de nuevo máximos históricos o los superan.
La reacción ante una noticia de este calado nos está diciendo que los mercados financieros norteamericanos tienen buena salud y que, a falta de novedades negativas, su tendencia sigue siendo alcista.