En 2020, en las carteras más agresivas de Nextep (las que pueden tener un 100 % en renta variable), superamos claramente la rentabilidad del índice MSCI World. Y fue por dos decisiones. Una fue sobreponderar el NASDAQ, por ser el principal beneficiario de los confinamientos (es donde están las grandes empresas que venden bienes y servicios online). La segunda fue tomar una posición importante en China, que estaba demostrando una capacidad de control de los contagios infinitamente superior a la de Europa o Estados Unidos. Además, era un país muy competitivo digitalmente.
Pero, como saben, hace tiempo que eliminamos China de nuestras recomendaciones, por motivos que ya explicamos en su día, así que no insistiremos en ellos.
Pero China es muy importante para una cartera de inversiones. Es sin duda el país con mayores perspectivas de crecimiento a largo plazo y es líder digital mundial. Lo tiene todo para estar en las carteras. Excepto dos cosas: el régimen político adecuado y una política monetaria más restrictiva que EE.UU. o Europa.
China se ha lanzado antes que nadie a reducir el nivel de liquidez en el sistema y, en paralelo, se ha lanzado a una caza de brujas, cuyo objetivo es que el Partido Comunista no pierda el control del mundo de los negocios, ante un mundo digital en el que cada vez es más difícil mantener ese tipo de control.
El objetivo principal son aquellas empresas y sectores que pudieran empezar a tener vida propia lejos del control político. Esto último afecta especialmente a las grandes empresas tecnológicas, las empresas Fintech y las criptomonedas.
Todo esto suponemos que será positivo para los funcionarios del Partido Comunista, pero no les sienta nada bien a los inversores. Especialmente a los extranjeros. China está transmitiendo que si tienes una buena idea mejor desarrollarla —o invertir en ella— en el libre mercado de Silicon Valley antes que asumir los riesgos que implica hacerlo en una dictadura comunista.
Por lo tanto, nuestra primera conclusión es que, hasta que no cambie la actitud del gobierno chino, y sobre todo, hasta que pierdan el miedo los inversores internacionales, va a ser difícil que el mercado chino retome la tendencia alcista.
Aunque en principio este debería ser motivo suficiente para esperar antes de “volver” a China, veamos también qué nos dice el análisis técnico al respecto. Una situación técnica positiva pudiera hacernos pensar que lo peor haya podido pasar. Lo comprobaremos con el gráfico n.º 1, que representa al índice CSI 300 de China, que es, en nuestra opinión, el más representativo del mercado chino.
Gráfico n.º 1: Índice CSI 300 de China

La conclusión es la misma: conviene esperar. Ver si el índice es capaz de aguantar el nivel 4.850, que es el soporte que se crearía si el índice rebotara y consolidara dicho rebote. Es un nivel significativo, porque es justo donde alcanzó su máximo en 2015 (línea azul).
Si no lo consigue, hay riesgo de que tenga que ir a buscar apoyo más abajo, concretamente al nivel 4.300, que es el que fue capaz de superar en el año 2020 tras haberlo intentado y no conseguirlo en 2018 (línea morada).
Pero profundicemos un poco más. Habiendo muchos sectores interesantes en China, la tecnología es uno de los más atractivos. Así que vamos a hacer el mismo análisis con el gráfico conocido como índice Nasdaq de los dragones chinos, es decir, de acciones de empresas chinas tecnológicas que cotizan en el índice tecnológico norteamericano en formato ADR.
Gráfico n.º 2: Índice NASDAQ Gold Dragon Index

El gráfico nos muestra una tendencia bajista de libro. La buena noticia es que es tan “de libro” que cuando cambie –—y en Nextep lo vamos a vigilar estrechamente—, la recuperación también será de libro, sobre todo porque se trata de un sector y un grupo de empresas que interesa mucho a los inversores. Pero cuidado: para cambiar la tendencia no basta perforar la línea roja. También tienen que darse otras condiciones.