¿Saben ustedes qué ha ocurrido cada vez que los tipos de interés del mercado de bonos con vencimiento a 10 años cayeron por debajo del 30 %? Pues que ha subido la bolsa (ver señales en amarillo del Gráfico nº 6). ¿Y porqué les hablo de esto en el apartado de renta fija? Pues porque en esta ocasión creo que si se repitiera la circunstancia afectaría negativamente a los bonos.
Y digo en esta ocasión porque no siempre es así. Hay veces que cuando cae la bolsa también cae el precio de los bonos. Por ejemplo, durante la crisis del euro. Otras veces suben a la vez, como cuando la Reserva Federal de EE.UU. inició su proceso de estímulo monetario (QE). Y hay veces que la correlación es negativa, es decir los dos activos, renta variable y renta fija, se mueven en sentido contrario. Como ha ocurrido a lo largo de los últimos meses en Europa.
Gráfico nº 6: evolución del SP 500 cuando la TIR del bono a 10 años ha caído más de un 34%

Es lo que está ocurriendo desde que se puso en marcha la creación de la “burbuja del miedo” (1). No es que sea una relación totalmente inversa, puesto que en muchas ocasiones cuando sube la bolsa no caen necesariamente los bonos. Pero normalmente en los últimos tiempos un mal día de bolsa es un buen día para los bonos. En mi opinión en esta ocasión, si llegara a repetirse la historia y producirse esa subida de las bolsas, iría acompañada de una subida de tipos, “ergo” una bajada en el precio de los bonos (3)
Para entender esta cuestión de las correlaciones, que es un tema fundamental para los inversores, lo primero que hay que entender es que las correlaciones son variables. Hay épocas en las que se establece una correlación determinada entre dos activos y otras en que no se establece ninguna o incluso que es inversa.
Lo segundo que hay que entender es que esto tiene un motivo: se produce por determinados cambios o circunstancias de la economía, de los mercados o simplemente en las preferencias de los inversores. Tener esto en cuenta es muy importante, porque nos permitirá prever que puede hacer un activo en función de cómo se mueva otro, es decir, como le afecta.
Siguiendo con el ejemplo de la crisis del euro, aquella era una crisis de confianza en la divisa y en la propia capacidad de los gobiernos del sur de Europa (más Irlanda) para hacer frente a sus excesos crediticios y presupuestarios. Es lógico que una crisis de confianza en la economía de un país afecte negativamente a la valoración de las empresas de ese país, es decir, a su cotización bursátil, puesto qué, tal y como ocurrió, a lo que lleva ese tipo de crisis es a una recesión económica importante.
Pero en mi opinión en esta ocasión estamos ante un caso distinto. De haber una caída en el precio de los bonos sería como consecuencia de algún tipo de proceso de estímulo fiscal en la Eurozona que alejara, aunque fuera temporalmente, el riesgo de deflación en Europa. O que se aleje como consecuencia de que finalmente se cumplan, aunque sea en parte, los objetivos del BCE y que la enorme cantidad de dinero que ha inyectado el banco central en la economía fuera a inversiones productivas – y en estas se incluyen los valores cotizados, que no dejan de ser empresas que crean riqueza y empleo –, en lugar de quedarse, como hasta la fecha, en bonos, depósitos a plazo y el mercado inmobiliario.
Donde hay más motivos para que se repita la relación entre tipos extremadamente bajos y posterior subida bursátil es en Europa. Porque nunca han sido tan bajos.
En mi opinión, si en esta ocasión saliera dinero de los bonos europeos e hiciera bajar su cotización no sería tanto por dudas sobre la sostenibilidad de la deuda. Con tipos tan extremadamente bajos es muy fácil hacer frente a las deudas. Yo creo que si saliera dinero de los bonos y se dirigiera a las bolsas sería porque decayera el nivel de miedo que, por diversos motivos (3), atenaza actualmente a los inversores. No sería una crisis de confianza, en la que en cierto modo ya estamos, sería por una recuperación de la confianza.
Como verán, hemos empezado con un gráfico de la bolsa norteamericana y hemos acabado hablando de la bolsa europea. Y no es casual. Para nosotros donde hay más motivos para que se repita esa relación entre tipos extremadamente bajos y posterior subida bursátil es en Europa, donde los tipos son cero o negativos y las valoraciones por dividendo muy superiores. Que tener un bono alemán a 10 años implique pagar, insisto, pagar, un – 0,35 %, mientras que una cesta de valores compuesta por los que integran el índice Stoxx Europe 600 ofrezca un dividendo medio del 3,8% es una anomalía financiera, que tiene mucho que ver con lo bajos que son los tipos de interés en Europa. Y si la historia se repite, una de las formas de que se corrija es la que muestra el Gráfico nº 6, es decir, que o suba la bolsa – para que la rentabilidad por dividendo no sea tan elevada en relación con el cupón de los bonos, o caiga el precio de los bonos, o ambas cosas.