En los mercados hay que anticiparse. Y el ciclo alcista de la bolsa americana no será eterno. La tendencia podría cambiar o tomarse una pausa. Incluso aunque no fuera así un buen inversor tiene que estar continuamente al acecho de nuevas oportunidades.
¿Qué bolsa podría ser la candidata a tomar el testigo de la norteamericana? ¿Tal vez la europea? Puede, pero Europa tiene muy mala imagen entre los inversores internacionales. Por su “euroesclerosis”, su falta de innovación (¿dónde están las FAANG europeas?), el poco apoyo a los emprendedores, la burocracia, los problemas políticos, la capacidad de los ejecutivos de destruir valor en las grandes empresas – solo comparable a la de sus políticos – etc. La lista es muy larga. Hay que vigilar, porque al final el precio importa y es cierto que Europa está barata, pero hay serias dudas de que la eurozona pase así como así de sapo a princesa.
¿Japón? Complicado, aunque no imposible. Habrá que vigilarlo atentamente. ¿Los emergentes? No lo veo claro. Un repunte, si, pero ¿una larga tendencia alcista? Estamos todavía en plena revolución digital y un mercado ganador tiene que tener un fuerte componente digital/tecnológico, no de materias primas y minería.
¿Así que dónde hay un mercado que haya caído a plomo – barato -, en una economía con capacidad de crecimiento y con un considerable componente tecnológico/digital? Lo han adivinado: en China. Pero no va a ser fácil. China se ha dejado un 30% desde máximos por tres motivos: 1) Porque los inversores han considerado que tenía más que perder que EE.UU. en la guerra comercial 2) Porque tenían y tienen un descontrol crediticio importante 3) Porque para controlarlo han tenido que pisar el freno de la economía. Además van a tener que dejar de copiar a los demás, especialmente en cuestiones tecnológicas, porque Trump está dispuesto a todo para que cese el robo de propiedad intelectual norteamericana. Y eso les obliga a inventar ellos, lo cual es más fácil de decir que de hacer.
Si todo dependiera de la guerra comercial el timing de entrada sería relativamente sencillo. Si va a peor, esperar. Si mejora, ir entrando. Pero no depende solo de eso. Hay que vigilar también el proceso de desapalancamiento, es decir, si disminuye el endeudamiento de familias y empresas, tanto el oficial como el endeudamiento “en la sombra”. En el caso de China la información oficial es de fiabilidad relativa y la del “shadow banking” es imposible conocerla con precisión. Pero se puede saber si va a más o a menos y como va afectando el proceso a la economía. Y así lo haremos. Afortunadamente, a falta de análisis fundamental sólido, tenemos el análisis técnico.
Gráfico nº 7: el índice de Shanghai, evaluando si continua con su tendencia alcista de largo plazo.

Gráfico nº 8: … Y viendo si aguanta su “suelo” del año 2016

“El análisis fundamental nos dice qué. El técnico cuando”. Y en China el “cuando” no está claro.
Viendo estos dos gráficos ya tenemos la respuesta: hay que esperar. Hasta que no sepa como acaba el “test” de los mínimos de 2016 (Gráfico nº 8) no me plantearé la inversión. Porque, además si se rompe a la baja, se rompería también la tendencia alcista de largo plazo iniciada en 1.995 (ver gráfico nº 7) Y eso sería más grave. Les recuerdo una de mis reglas principales: “El análisis fundamental nos dice qué, el técnico cuando”. Y en China el “cuando” todavía no está claro. Eso sí: cuando lo esté, será una inversión de libro.