Para los inversores los procesos de estímulo cuantitativo son como la lotería: si caen en tu barrio – en este caso tu país o zona geográfica- puedes ganar mucho dinero. El primer premio “gordo” les cayó a los norteamericanos justo después de la crisis. Lo pueden ver en el gráfico nº 2, concretamente en la subida que tiene el índice desde el año 2009 hasta que la “fed” dio por finalizado el proceso en 2014 y la consiguiente inercia, que no se puede determinar exactamente cuanto ha durado pero sin duda han sido algunos años más.
Luego le tocó a Europa, aunque el efecto no fue tan bueno como en EE.UU., porque no es lo mismo regar en tierra fértil que regar en un erial. Estados Unidos es un país que fomenta la innovación, valora al empresario y considera que la burocracia y los excesos regulatorios son un defecto, mientras que en Europa ocurre justo lo contrario y eso hace más difícil que el dinero vaya a la economía real. De hecho gran parte se queda en los bancos o se dedica a especular en los mercados.
Luego le tocó el QE a Europa, aunque el efecto no fue como en EE.UU. No es lo mismo regar en tierra fértil que en un erial.
Gráfico nº 5: la expectativas de inflación en la eurozona siguen cayendo.

Aún así las bolsas europeas se beneficiaron del proceso de estímulo del Banco Central Europeo. Entre otras cosas porque en Europa a la economía real no llega el dinero, pero si llega a las bolsas.
El QE norteamericano ha finalizado de forma definitiva, pero el QE de la Eurozona podría haberse cerrado en falso como consecuencia de las presiones de Alemania y de muchos economistas sobre Mario Draghi. No sólo no se alcanza el objetivo de inflación – de la subyacente, la más importante a medio y largo plazo – sino que las expectativas son a la baja, como puede verse en el gráfico nº 5. Están incluso más bajas que cuando se inició el QE en 2015 y posterior extensión de 2016. Y siguen bajando.
En estas condiciones no descarto que pudiera iniciarse un nuevo QE en Europa y, por lo tanto, es el momento de analizar quienes podrían ser en esta ocasión los principales beneficiarios del mismo.
En la ocasión anterior el activo más beneficiado fue la renta fija corporativa, especialmente la de menor calidad crediticia. Es el mercado más “estrecho” y por lo tanto cuando el Banco Central Europeo entra comprar el impacto sobre los precios es brutal. Si se produjera un nuevo proceso de estímulo ocurrirá lo mismo.
Pero en esta ocasión la renta variable se va a ver más beneficiada que en la ocasión anterior, además de, por supuesto, la renta fija corporativa de baja calidad crediticia o “high yield”.
¿Porqué la renta variable? Primero porque no descarto que el BCE haga lo que hizo el banco de Japón y compre ETFs, en este caso del Eurostoxx 50. No es que haya una relación directa para que suba el índice porque el Banco Central compre fondos de inversión cotizados referenciados al índice, pero si la hay indirecta. Y luego está el efecto psicológico sobre el mercado de saber que el BCE está comprando renta variable europea.
A quienes piensen que es imposible que el BCE compre ETFs de renta variable les diré que no sólo que lo ha hecho el Banco Central de Japón y que la situación del mercado de bonos europeo, de la inflación y del crecimiento – o más bien estancamiento – es cada día más parecida, sino que ya lo ha mencionado uno de los miembros del consejo del BCE, Benoît Coeuré. Además, si siguen comprando deuda pública lo que a va a pasar es que toda la deuda de la eurozona acabará dando rentabilidad por cupón negativa, lo que puede ser muy perjudicial para la banca.
Tengamos en cuenta que los bancos colocan gran parte de su dinero en deuda pública, especialmente ahora que tienen miedo a otorgar un gran volumen de crédito en un entorno económico débil. Si siguieran cayendo los tipos de interés de los bonos seguiría cayendo el margen de los bancos, en un momento en el que, además, también están bajo presión las comisiones que aplican a sus clientes, dado que estos también sufren de la baja rentabilidad de depósitos y fondos de renta fija.
La inyección de liquidez a través de la compra de ETFs referenciados al Eurostoxx evita aumentar la presión sobre los márgenes de los bancos.
La inyección de liquidez a través de la compra de ETFs referenciados al Eurostoxx evita aumentar la presión sobre los márgenes de los bancos y ayuda a impulsar indirectamente sus cotizaciones. Así pues no les extrañe que el BCE ya haya dicho que es una opción que no descarta y que podría aplicar. Probablemente no fuera de especial utilidad para la economía real, pero podría ser positivo para las bolsas europeas.