Les dije que seguiría los pasos del fiscal especial Mueller. Y soy hombre de palabra. En mi opinión, es el verdadero peligro político en EE.UU. Creo que es la persona elegida por el sistema – demócratas y republicanos – para intentar quitarse de en medio a Donald Trump. El presidente es un “outsider” que no gusta ni a políticos demócratas ni a republicanos. Y esa es la gran diferencia con otros presidentes: normalmente siempre tienen en mayor o menor grado el apoyo de sus partidos. No es el caso de Trump.
Los congresistas y senadores de su partido conviven con él porque ha ganado las elecciones, pero estarían encantados de tener a “uno de los suyos” en lugar de Trump, como puede ser, por ejemplo, Marco Rubio.
Trump es una pesadilla para los demócratas, pero también un mal sueño para los republicanos. Y nosotros tenemos que seguir atentamente los pasos del hombre que ambos han elegido para encontrar cadáveres en un armario, el de Trump, en el que no debe ser difícil encontrarlos. Especialmente si son rusos.
No seguimos a Mueller por interés político, sino porque, a más piedras encuentre Trump en su camino, menos probabilidades tiene de implementar su plan económico. Y eso hay que vigilarlo porque sería negativo para Wall Street, que hasta ahora va muy bien.
Este mes no ha habido grandes cambios en la labor de Mueller, pero si una prueba de que mi teoría no va tan desencaminada: ha obtenido el apoyo sin fisuras de las cámaras para seguir con su trabajo, en una señal inequívoca para que al presidente ni se le pase por la cabeza despedirlo, cosa complicada y creo que sin precedente, pero que, conociendo a Trump no se puede descartar.
La noticia dice que dos senadores, uno demócrata y otro republicano, han propuesto conjuntamente una legislación que hará muy difícil despedir a un consejero especial como Mueller. Y, ojo al dato: la ley tendrá efecto retroactivo, con fecha de aplicación el día exacto en que Mueller fue nombrado consejero especial. Vamos: lo que aquí se diría “blanco y en botella”. Mueller ha sido blindado por ambos partidos para hacer muy difícil que el presidente se desembarace de él. Mucho más difícil que antes y precisamente – que casualidad -, esta ley se aplicará desde el día que fue nombrado.
Ahora, el sistema se lo ha puesto mucho más difícil a Trump y ha dejado el camino más libre a Mueller para que intente llevar a juicio al presidente por sus conexiones con Rusia en la campaña electoral (por no hablar de todo lo que puede encontrar en su armario) ¿Como no vamos a vigilar a este hombre?