El error más típico que se comete a la hora de elegir un fondo de inversión es basarse únicamente en rentabilidades pasadas. Por eso me llamó la atención leer recientemente la recomendación de un analista “independiente” – y teóricamente experto – recomendando insistentemente un fondo de los conocidos como “de valor” que tan de moda están actualmente.
Hasta que la nueva directiva europea sobre inversiones esté plenamente implantada, los inversores están sujetos al riesgo que suponen las recomendaciones de analistas que se dicen independientes pero cuyas empresas cobran de las gestoras de fondos. Y, hasta que la implementación de la ley lo prohíba definitivamente, los inversores deben ser cautos respecto de las recomendaciones de analistas que en realidad son distribuidores. Lo que tuvo su justificación y su lógica hace años, cuando era necesario un periodo de transición, ahora es totalmente inaceptable. Que fácil es decirle a alguien que, tras un sesudo análisis, has llegado a la conclusión de que ese fondo que lo ha hecho tan bien durante los últimos años, es el que debe comprar. El asesorado ve que, efectivamente, aquello ha ido muy bien y lo compra (aunque se pregunta para que narices necesita un analista si es tan fácil como elegir el que mejor lo ha hecho en los últimos años).
El fondo recomendado es del tipo “de valor”, un estilo de gestión que además está muy de moda, lo que, unido a la supuesta “independencia” del analista, tranquiliza e ilusiona a nuestro inversor.
Pues no sabe cómo siento aguarle la fiesta, pero casi nada de lo que le han contado es lo que parece. El analista independiente no es independiente, porque la mayor parte de los ingresos de la empresa para la que trabaja provienen de comisiones por venta de fondos de inversión. Y peor todavía: durante los próximos años, el fondo que le han recomendado tiene muchas probabilidades de no estar entre los mejores.
El calificativo “de valor” no tiene nada que ver con la valentía del gestor. Viene del inglés “value” y se refiere a la habilidad del gestor para encontrar valor en empresas cotizadas. En otras palabras: es alguien que sabe detectar gangas. Pero las gangas sólo aparecen después de un período prolongado de caída bursátil. Es como si bajara la marea: aparecen cosas que no se veían con la marea alta. En este caso lo que aparecen son auténticos “chollos” bursátiles.
El gestor de valor aprovecha las grandes caídas para comprar gangas. Luego, cuando ha mejorado la situación del mercado, esos valores son los primeros en subir, porque los inversores, que vuelven con miedo, tienden a comprar valores de empresas sólidas y, a ser posible, con buenos resultados y dividendos. El gestor de valor se beneficia de esa tendencia, porque compró primero. Al cabo de unos años, está en cabeza de la clasificación.
¿Pero qué ocurre cuando desaparecen las gangas? ¿Qué ocurre cuando el mercado se recupera? Pues es como si al corredor de formula uno especialista en suelo mojado le sale el sol a mitad de la carrera: ya no está en su terreno. Y ese es exactamente el escenario en el que hemos entrado desde finales de 2016, un terreno donde funciona mejor estilo de gestión “growth” – crecimiento – que el “value” (valor).
Grafico: el estilo de gestión de crecimiento – Growth - supera al estilo de gestión de valor (“value”)

Lo que está diciendo este gráfico es que la mayoría de los gestores de moda, que son gestores de “valor”, lo están haciendo peor (“underperform”) que los gestores de crecimiento. O que un simple índice en el que haya valores y sectores de crecimiento. Comparen el 18% que sube en un año el MSCI World o el 37% del IBEX con la rentabilidad del gestor “estrella” o “de moda”. Así de sencillo. Y no porque sea malo, Simplemente porque el cambio de ciclo no beneficia a su estilo de gestión. Y esos cambios pueden ser largos. Muy largos.
La realidad molesta, pero a la larga es peor vivir en un paraíso artificial: solo está bien mientras dura y más duro es el despertar . A mi me sería mucho más fácil recomendar un fondo de un gestor y un estilo de gestión que esté de moda, pero a Uds. les haría un flaco favor. La economía es cíclica y a los ciclos de valor les siguen ciclos de crecimiento. Los gestores de valor se mueven mejor en épocas de bajo crecimiento y ahora entramos en un periodo en el que, por ejemplo, la eurozona sale de su particular letargo y empieza a crecer. Y también estamos en un periodo de revolución, la revolución digital, que es un entorno adecuado para modelos de negocio orientados al crecimiento.
La economía es cíclica y a los ciclos de valor les siguen ciclos de crecimiento. Los gestores de valor se mueven mejor en épocas de bajo crecimiento y ahora entramos en un periodo de crecimiento y economía digital.
No es que sean peores los fondos de valor que los de crecimiento. Para nada. Eso sería como decir que son peores las botas que los mocasines. Lo que ocurre es que las botas son mejores para el campo y los mocasines para una recepción. Y ojo: si el zapatero les recomienda mocasines para el campo es porque cobra por distribuir mocasines y en las botas no lleva comisión.