No es cierto que la bolsa caiga en verano más veces que en invierno. La estadística demuestra que eso es una leyenda urbana. Pero el caso es que todos los inversores tienen esa sensación. De ahí el refrán “sell in May and go away”. Mi teoría es que tenemos la sensación de que hay más desastres bursátiles en verano porque cuando la bolsa cae, te pilla en la playa y duele bastante más que cuando te coge en el despacho.
Para empezar, te fastidia las vacaciones, y eso no se olvida. Como en aquella ocasión en la que pisaste en la playa el aguijón de un pez venenoso. Son vacaciones “inolvidables”, pero porque es inevitable recordar que aquello te “dio” las vacaciones. Además, al estar fuera de tu entorno profesional, tu capacidad de reacción y, sobretodo, de información, es menor. Ante una crisis, no es lo mismo tener acceso a tus métodos habituales de información y asesoramiento qué tener que informarte con el telediario en un chiringuito.
Y si eres un profesional y asesoras o gestionas el dinero de clientes, mucho peor, porque la información y la comunicación hoy en día la llevas contigo, pero ponte a localizar a tus clientes, que pueden estar haciendo “trekking” en el Himalaya o buceando en el Caribe.
Por ese motivo, y no porque piense que vaya a cambiar la tendencia de fondo del mercado, no veo una mala idea realizar parcialmente beneficios y aumentar el porcentaje de liquidez en cartera. Especialmente en el caso de ahorradores e inversores con un perfil más prudente o conservador.
Además, tal y como les comento en el primer epígrafe de este informe, la volatilidad está tan baja que en algún momento tendremos un repunte. Y cuando se produce un repunte significativo de la volatilidad suele ser porque cae el mercado. Ya he comentado que, salvo novedades, no espero una corrección importante, pero bien podría producirse en verano, cuando los volúmenes de contratación bajan porque hay gente de vacaciones. Y eso magnifica los movimientos de las bolsas, tanto al alza como la baja. Esta posible corrección puede ser muy interesante para que un inversor agresivo incremente posiciones en un mercado, la renta variable, que, hoy por hoy, no tiene competencia.