Como saben quienes llevan tiempo suscritos a estos “Cuadernos”, este capítulo se reserva normalmente a profesionales que opinan de forma distinta a la mía. Son un estímulo y una forma de contrastar mis propias opiniones. Si mis ideas superan el test, genial: harán más solidas mis convicciones. Pero si me convencen de que hay que cambiar de rumbo, eso que he ganado. Es como estar asesorado por un comité de inversiones compuesto por profesionales de primer nivel. Además, así comparto con Uds. no solo mis ideas, sino también la de estos profesionales que en este momento concreto no piensan como yo, lo que creo aumenta el valor añadido del informe.
Hablamos de profesionales “serios”. Quedan excluido esos supuestos analistas o estrategas que están últimamente tan de moda cuya tarea principal consiste en anunciar desastres de forma sistemática para así vender libros o ganar seguidores en las redes sociales. Ha hecho perderse muchas oportunidades a mucha gente en los últimos años. Los inversores leen esas historias para no dormir, se asustan y no invierten, lo que en un mercado alcista como el de los últimos años les hace perder una oportunidad que puede tardar años en repetirse.
Nuestro invitado de hoy ha sabido apostar a favor del mercado muchas veces y otras tantas en contra. Tiene a su favor haber sido el único estratega – conocido y que no la anunciara todos los días todos los años – que predijo la crisis de 2008 y, más importante todavía: que puso su dinero y el de sus clientes donde ponía sus palabras. Porque ahora muchos hablan de crisis, pero pocos se ponen “cortos” (que apuestan contra el mercado o compran activos refugio)
Muchos hablan de crisis, pero pocos se ponen “cortos” o compran activos refugio.
Ray Dalio considera que hay que empezar a ser prudentes, porque el mercado ha subido mucho. Pero cuidado: Dalio es norteamericano y ha hablado de bolsa norteamericana, que es la única del mundo que, efectivamente, ha subido mucho en los últimos años. El resto no tanto. Y menos en 2018. Es un matiz muy importante a tener en cuenta.
El razonamiento de Dalio es que si miras a los rendimientos esperados para las acciones en relación a tener dinero en depósitos, letras del tesoro o bonos de corto plazo – lo que se conoce como liquidez o “cash” – la relación está más o menos equilibrada. De nuevo aclaremos que una letra del tesoro a un año ofrece una rentabilidad del 2,50% en EE.UU. mientras que en Europa, por ejemplo, ofrecen – salvo excepciones puntuales – rentabilidad negativa. En Japón ocurre lo mismo y en general EE.UU. ofrece actualmente los tipos de interés más altos entre las economías avanzadas (y no tan avanzadas) Desde ese punto de vista, el planteamiento de que las bolsas pueden tener limitado su potencial de subida por como se paga el “cash” debe centrarse en los EE.UU. Y estoy seguro de que Dalio coincidirá con esta afirmación.
Pero el fundador de Bridgewater pone el dedo en la llaga – insisto, en lo que a EE.UU. se refiere – cuando dice que gran cantidad del dinero que estaba fuera del mercado ahora está “dentro”. Podemos verlo en el gráfico nº 3, donde la línea azul indica el nivel de inversión en renta variable (“equity”) de los hogares norteamericanos. Aunque con un matiz: desde el máximo de exposición anterior, en el año 2000, el SP 500 ha subido un 95% (zona sombreada de abajo), es decir, ha habido una revalorización de las acciones en manos del público propia del mercado, no se trata solo de dinero que entra de nuevas. Aún así es un dato inquietante porque, a más dinero “dentro”, menos queda por entrar, es decir, menos gasolina para que sigan subiendo los precios.
Además Dalio considera que ya está descontado en el valor de las acciones el efecto de las bajadas de impuestos, que ha sido un gran impulso para la subida bursátil, lo cual también es cierto. Asimismo llama la atención sobre el peligro de que la Reserva Federal suba demasiado – y demasiado pronto – los tipos de interés. Y ahí estoy de nuevo de acuerdo. Tipos al 3% no provocan un efecto sustitución en el mercado (de acciones hacia bonos). Pero si siguen subiendo y el bono a diez años se pone en digamos el 4% o 5% la tentación de vender y sentarse a cobrar el cupón será muy elevada.
Grafico nº 3: los norteamericanos tienen ya mucho dinero invertido en renta variable

Como saben, llevo mucho tiempo sobre ponderando renta variable en general y norteamericana en particular, así que las advertencias de Dalio me afectan. Y mucho. Ahora bien, creo en la posibilidad de una corrección, pero también creo que estamos dentro de un proceso alcista de largo plazo. Sugiero lean mi teoría sobre el “superciclo” bursátil alcista en el que creo estamos inmersos, similar al que se produjo entre el año 1980 y el 2000, ver Cuaderno nº 10 del mes de Diciembre) Aquel no fue siempre un camino de rosas. En ese periodo se produjeron dos fuertes correcciones, una en Octubre de 1987 (el famoso “lunes negro” )y otra en Agosto de 1990. Esta última fue consecuencia de una guerra (Irak invadió Kuwait)
Una corrección de cierta importancia, sí. Un cambio de la tendencia de largo plazo no, al menos de momento. Eso es lo que creo que se va a producir en el plazo de dos años al que hace referencia Dalio. Me tomo muy en serio la advertencia de Dalio. Hay que empezar a ser más defensivos, especialmente en EE.UU. Pero voy a aplicar mi propio “timing”. Voy a esperar antes de reducir mi exposición a renta variable porque los tres índices bursátiles norteamericanos han roto máximos hace nada. Eso es señal de un tirón alcista adicional que creo se debe aprovechar. Seguramente reduciré antes de fin de año pero, como digo siempre, el análisis fundamental dice que vender o comprar y el técnico cuando. En este caso el fundamental aconseja ir reduciendo marchas y empezar a meter la tercera (o la cuarta si el coche tiene cinco) pero el análisis técnico dice que hay espacio por delante para hacerlo.
Eso si: depende también del perfil del inversor. Si yo fuera un inversor conservador o incluso de corte moderado lo haría ya. Realizaría beneficios. Sobre todo en el Nasdaq. Pero no lo soy. Tampoco soy un inversor agresivo, pero desde luego no soy conservador. O mejor dicho no creo que sea todavía el momento de serlo.