Si el panorama bursátil resulta un tanto desolador, especialmente en Europa y en los países emergentes, mucho peor es el de la renta fija. Con la única excepción de la renta fija norteamericana. Pero si está “mejor” es para un inversor no norteamericano y por estar en dólares. Porque este año sube el dólar, no por ser renta fija (salvo los plazos cortos) Así que la cuestión de donde invertir el dinero que sacamos de la renta variable – o que queremos mantener de una forma conservadora – puede parecer complicada. Afortunadamente no lo es tanto. Les dí una idea para una cartera conservadora – que creo que es ahora el momento de poner en práctica – en el Cuaderno nº 20 correspondiente al mes de Octubre. Pero hay otras alternativas.
La cuestión de donde invertir el dinero que sacamos de la renta variable puede parecer complicada. Afortunadamente no lo es.
Gracias sobre todo a Italia, invertir en fondos de renta fija de la eurozona lleva siendo prácticamente suicida desde inicio del año. Y cuando no sea Italia será otro país el que quiera saltarse los objetivos comunitarios de déficit y nuevo palo a la deuda europea. Si a esto añadimos los mensajes del Banco Central Europeo, en el sentido de ir quitándole estímulo monetario a la economía – es decir, dejar de comprar bonos – el resultado es el que estamos viendo en el apartado de fondos de renta fija europea: rentabilidades negativas en todas las familias de fondos, incluidos los más conservadores. Y no tienen aspecto de ir a cambiar en breve.
En Estados Unidos los únicos que se benefician de la subida de los tipos de interés que está llevando a cabo la Reserva federal son los bonos de corto plazo, pues cada vez que se renuevan lo hacen un tipo superior. Los de largo plazo no mejoran su cupón hasta que se renuevan varios años más tarde. Mientras tanto, su tipo de interés se queda obsoleto respecto al del mercado. En otras palabras: cuando suben los tipos de interés del mercado el tipo del bono que se emitió hace, por ejemplo, un par de años, se queda por debajo del de mercado y el bono pierde valor. Salvo que el adquiriente sea un inversor no norteamericano, en cuyo caso se puede beneficiar de la revalorización de la divisa que genera la propia subida de tipos. Pero eso es una inversión en divisas, no en renta fija.
Los europeos no podemos invertir todo el dinero conservador en bonos norteamericanos en dólares o en fondos que inviertan en estos activos por la sencilla razón de que, al estar en dólares, asumimos un riesgo divisa que puede ser bastante peligroso. Personalmente – y como veremos a continuación – no creo que ese riesgo sea de momento muy significativo, pero “la prudencia es ciencia”. Obviamente me puedo equivocar, así que una dosis de mínima prudencia aconseja no cargar demasiado la posición en dólar.
Así que, en las circunstancias actuales, nada como una sencilla y anticuada cuenta corriente para tener la liquidez que no esté en bonos norteamericanos de corto plazo (o en fondos que inviertan estos activos) Mejor una cuenta corriente que no gana nada que perder en un fondo de renta fija,.
Además, la cuenta corriente nos da una flexibilidad y una rapidez en caso de que haya un cambio en el mercado que no tenemos en otros productos. No hay que tenerle miedo a la liquidez pura y dura. La liquidez es lo que nos permite que cuando hay una caída fuerte en un activo interesante en lugar de lamentarnos nos alegremos. Porque vamos a poder aprovecharlo. La rentabilidad de la liquidez es indirecta: está en la del activo cuya oportunidad de compra vamos a poder aprovechar. Por ejemplo: podría llegar un momento en el que vuelva a ser rentable invertir en bonos. Si el bono norteamericano a diez años se acercara o supera el 4% de rentabilidad podría ser interesante asegurarse ese cupón con vista al largo plazo. Pueden surgir muchas oportunidades y la liquidez nos permite aprovecharlas.
Antes de acabar insistiré en porqué creo que el dólar se mantendrá relativamente estable, lo que sigue haciendo atractivo tener dinero en bonos de corto plazo USA o fondos que inviertan en estos activos.
La rentabilidad de la liquidez es indirecta: está en la del activo cuya oportunidad de compra vamos a poder aprovechar.
En el Gráfico nº 2 vemos cual es la situación actual en el mercado de bonos. Muestra la rentabilidad por cupón de los bonos norteamericanos – barra azul – frente a los alemanes – barra naranja -. Con un diferencial así ¿quién va a preferir los activos alemanes – o cualquier activo europeo similar en cuanto a solvencia – frente a los norteamericanos? Alguien responderá que la deuda norteamericana tiene riesgo divisa. Cierto, pero, en mi opinión, ese riesgo es asumible mientras la deuda norteamericana no sólo de más cupón que la europea, sino que vaya a seguir dándolo. Porque atrae dinero hacia el dólar y hacia los activos de corto plazo en dólares.
Es el circulo virtuoso del dólar y los bonos de corto plazo del que tanto les he hablado: a más atractivo el tipo de interés de la deuda norteamericana, más atractivo el dólar.
Grafico nº 2: diferencial de tipos EE.UU - Alemania

Ahora mismo, un 2,61% a un año en EE.UU. frente a un -0,57% en Alemania (u otras rentabilidades por cupón negativas en el resto de la Europa “solvente”) Y a lo mejor dentro de un año, 3% en Norteamérica frente a un 0,20% – y tengo muchas dudas – en Europa. Con esta perspectiva ¿porqué iba a salir dinero de activos de deuda norteamericanos hacia el euro?