Cualquiera que tenga relación con la inversión en fondos habrá oído hablar del debate sobre si es mejor el estilo de gestión “Value” (“de valor”) o el estilo de gestión “Growth” (“de crecimiento”).
El estilo de gestión “Growth” o “de crecimiento” hace referencia a aquellos gestores de fondos que se fijan sobre todo en las expectativas de crecimiento de las empresas y no tanto en su valoración actual. Por su parte, los gestores de valor o “value” le dan mucha más importancia a la valoración de las empresas en el momento, es decir, a si paga un buen dividendo, si tiene una baja valoración respecto a su valor en libros o si tiene un PER bajo.
Esto no significa que los gestores “de valor” no miren al crecimiento de las empresas, pero en su ADN lo más importante son los parámetros fundamentales de valoración, mientras que en el ADN de los gestores de crecimiento lo importante son las expectativas de crecimiento del negocio. Incluso aunque la empresa no tenga todavía beneficios, por poner un ejemplo extremo.
En realidad, el debate sobre si es mejor el “growth” o el “value” es un debate estéril. No hay uno “mejor” que el otro. Es como preguntarse qué es mejor, si un Ferrari o un Range Rover. En una autopista el Ferrari no tiene rival, pero en un camino de tierra lleno de baches ganará el Range Rover o cualquier todoterreno alto y con tracción 4×4.
Los estilos de gestión son vehículos para invertir y unas veces funcionan mejor unos y otras veces funcionan mejor otros. Depende de sobre qué terreno nos vayamos a mover.
¿Ganará alguna vez el “value” al “growth”?
En los últimos años y pese a que el “value” tiene muchos defensores, empiezan a surgir dudas sobre si este estilo de gestión es capaz de liderar en algún tipo de “terreno”. En la primera parte del gráfico número uno de este informe vemos que en los últimos 10 años el value (línea azul oscuro) lo ha hecho peor que el Growth (línea rosa). Especialmente en los últimos cinco. Y no solo peor que el Growth, peor incluso que el mercado en general, representado por el índice SP500 (línea azul claro). El más modesto de los fondos índice ha superado a los artistas de la gestión activa durante la friolera de 10 años.
Pero es todavía peor: ha llegado la crisis bursátil por el coronavirus, es decir, un camino de tierra lleno de baches, y el Range Rover se ha quedado detrás del Ferrari, como puede observarse en la segunda parte del gráfico número uno. Y, para más “escarnio,” no sólo ha caído más, sino que se ha recuperado peor que el resto.
Es un dato inquietante, porque en situaciones de crisis los fondos de valor solían hacerlo mejor que los de crecimiento, dado que las caídas bursátiles suelen producirse ante la posibilidad de una recesión, es decir, de una situación de crecimiento económico negativo, a la que evidentemente son más sensibles los valores de crecimiento. Pero no ha sido el caso ahora y lógicamente los inversores se preguntan por qué.
Lo que ha ocurrido es relativamente sencillo de explicar: el problema del coronavirus afecta más a los negocios físicos que a los negocios digitales. Y afecta muy especialmente a los que se ven más perjudicados por las medidas de distanciamiento social.
Normalmente los gestores de valor no invierten en negocios digitales, y mucho menos en “high flyers” como Netflix o Amazon. Pero en cambio estos valores están en casi todas las carteras de los gestores de crecimiento. O simplemente los fondos indexados en índices con alto peso en tecnología, como es el Nasdaq y, en menor medida, el SP500.
Como los fondos de valor son más de invertir en negocios donde hay contacto físico o afectan las medidas de distanciamiento social, no sólo no lo han hecho mejor, sino que han caído más que los de crecimiento.
El mercado tiene razón al pensar que esos negocios tardarán más en recuperar su actividad, puesto que en muchos casos dependen de que surja una vacuna o un tratamiento eficaz contra el coronavirus. Y si hacen sus productos en fábricas, aparte de ver cómo se reduce su demanda por el periodo de recesión, tendrán que hacer frente a costes superiores para mantener la distancia social. En muchos casos tendrán que modificar sus cadenas de producción y tampoco es descartable que tengan que realizar fuertes inversiones en robotización para evitar aglomeraciones en fábricas y almacenes. En las oficinas habrá que invertir en teletrabajo. Además muchas empresas analógicas han descuidado la venta online y eso también se nota.
Gráfico n.º 1: El “value” lo ha hecho peor, tanto al alza como a la baja.

La cuestión ahora es saber si alguna vez volverá a superar el Range Rover al Ferrari. Y, en mi opinión, es precisamente ahora cuando los gestores de valor tienen la oportunidad de demostrar su capacidad de comprar buenos negocios a buen precio. En otras palabras, los que lo hagan bien y aprovechen la oportunidad podrían superar al Ferrari dentro de un par de años.
No será algo que podamos comprobar en el corto plazo. Pero si tienen visión y saben detectar esos negocios analógicos que ahora están deprimidos pero que dentro de un año o dos habrán vuelto a la normalidad si se descubre un tratamiento o una vacuna eficaces contra el virus, a los precios actuales son auténticas gangas. Y se notará en la rentabilidad de los fondos de quienes hayan tenido esa visión y la valentía para tomar esas posiciones.
Selección de gestores con visión de futuro
En el número anterior de “Los Cuadernos” citábamos muchos ejemplos de negocios que lo van a pasar mal pero que, mirando a largo plazo, volverán por sus fueros (Cuaderno n.º 39 / mayo 2020). Es más, en Nextep nos vamos a tomar muy en serio la búsqueda de gestores de valor que estén buscando este tipo de ideas que creemos aportarán mucho valor de aquí a un par de años.
La selección de los valores no es tan fácil como parece, porque no todos los negocios que se están viendo perjudicados por el distanciamiento social recuperarán su posición en el mercado. El coronavirus se ha convertido en el mejor agente de los negocios online. Por ejemplo, muchas personas mayores que utilizaban poco o nada este tipo de servicios tendrán que hacerlo casi de forma obligatoria durante los próximos uno o dos años y eso les permitirá darse cuenta de la comodidad de utilizarlos, del ahorro de tiempo y de los mejores precios. Seguirán yendo a comprar ropa en las tiendas del centro de la ciudad pero muy probablemente no pierdan el tiempo comprando una alargador o una aspiradora acudiendo a una tienda.
Se preguntarán Uds. como se localiza un fondo “value” cuyo gestor haya sido capaz de ver la jugada. Obviamente nuestro primer consejo es que utilice los servicios de Nextep, porque pronto empezaremos a seguirles la pista. En la primera fase de este rebote decidimos centrarnos en fondos con expectativas de rentabilidad a corto plazo y, visto lo visto, hemos acertado. Pero habrá que empezar a pensar también en el largo plazo.
Una forma de localizar gestores que hayan visto la jugada es hablar con el gestor, escuchar sus ideas y ver cómo las va materializando en la cartera, pero no es fácil si eres un inversor particular. Tampoco lo es si eres un asesor independiente, como nosotros, dado que en España los gestores prefieren hablar con la gente que vende sus fondos a cambio de una comisión. Son más fáciles de convencer. Los asesores independientes, que no cobramos comisión de los productos que recomendamos, tenemos que estar seguros de que los fondos sean interesantes para nuestros clientes. Pero no importa, porque hay una alternativa que en la práctica resulta mejor que hablar con los gestores.
Como dice la Biblia, “por sus actos los conoceréis”. En este caso sería “si no eres un comisionista, analiza su cartera”. Y digo que es mejor que hablar con el gestor porque el gestor te puede contar muchas cosas, pero luego la realidad es que muchos se limitan a seguir a un índice de referencia. En cambio, cuando analizas su cartera estás viendo exactamente si pone su dinero donde pone sus palabras.
Ejemplos de ideas que nos gustaría ver en ese tipo de fondos serían los hoteles, pero más los de lujo o un resort en el Caribe que si son competencia de Airbnb o empresas similares. No existe competencia online a un hotel de lujo en el centro de una ciudad europea o un resort de primer nivel en el Caribe.
También son buenas ideas las líneas aéreas, pero no todas aguantarán el tirón. Ahí es donde tiene que ganarse el gestor la comisión, porque muchos negocios que puedan parecer interesantes ahora a nivel de precio y que son actividades que remontarán podrían tener que cerrar antes de volver a abrir.
Otro ejemplo de lo importante que es saber elegir son los casinos. Hace poco, en plena crisis del coronavirus, se cerró una operación importante mediante la que un fondo de inversión compró una participación significativa en una importante cadena de casinos. Pese a que el juego online seguirá creciendo, la experiencia que supone para el consumidor ir a un casino físico seguirá siendo atractiva. Hace años que Las Vegas o Montecarlo conviven y compiten con el juego online y volverán a hacerlo cuando el virus pueda combatirse con un tratamiento o una vacuna.
Otro ejemplo de gestor “value” inteligente es el del fondo soberano de Arabia Saudita, que ha aprovechado la crisis para comprar un 5,7% de Live Nation —el mayor organización de conciertos en vivo del mundo— y un 7,3% de Carnival (el mayor operador de cruceros del mundo). Como puede verse, son compañías que lo van a pasar muy mal en los próximos uno o dos años, pero que cuando se descubra un buen tratamiento contra el virus o una vacuna eficaz volverán a ser líderes en su sector. En el gráfico n.º 2 vemos el tipo de empresas que han ido comprando, aprovechando los bajos precios, en crisis anteriores.
Gráfico n.º 2: El fondo soberano de Arabia Saudita sale de compras en la crisis.

Con estos ejemplos se pueden hacer una idea del tipo de gestores de valor que buscan los analistas de Nextep para incorporarlos en un futuro próximo a nuestras recomendaciones de largo plazo. Si los encontramos, claro, porque también están los gestores “value” que te dicen que comprarían acciones de El Corte Inglés si cotizará en bolsa porque está muy barato, olvidándose de que los gigantes de la venta online seguirán quitándole cuota de mercado.
Además de tener ideas claras sobre cómo aprovechar esta oportunidad, otra cuestión importante a la hora de elegir un gestor de valor es que realmente haga lo que dice hacer. A la hora de la verdad muchos gestores que dicen hacer una gestión activa se limitan a hacer lo mismo que sus colegas de inversión pasiva, es decir, replicar la composición de los índices, pero cobrando el triple en comisiones de gestión. Para esta inversión necesitamos gente con capacidad de tomar decisiones y valentía para hacerlo. Afortunadamente, de nuevo vale la frase “por sus actos los conoceréis”: basta comparar la evolución del fondo con su índice de referencia para saber si hace su trabajo o se limita a cobrar caro por seguir a un índice.
Por cierto: si les interesa el tema, en la próxima jornada online gratuita que hará Nextep en colaboración con Rankia trataremos esta cuestión del papel que pueden jugar los fondos de valor a la hora de mejorar los resultados de una cartera de inversión de cara al largo plazo aprovechando la crisis del coronavirus. Puede inscribirse utilizando este enlace: