Hace tiempo que no invierto en fondos de renta variable española (1). Pero hay mucha gente que me pregunta al respecto, así que mi obligación es revisar periódicamente nuestro mercado y ver si ha llegado el momento de volver. Y nada mejor que hacerlo ante un proceso electoral cuyo resultado podría afectar a la bolsa de nuestro país.
Antes de continuar me gustaría aclarar que lo único que pretendo es tratar de aportar mi granito de arena a la hora de tomar decisiones en relación con la bolsa española y en ningún caso mostrar mis preferencias políticas. Me parecería una absoluta falta de seriedad tratar de transmitir opinión política en estos “Cuadernos”. Sería algo totalmente ajeno al análisis objetivo, profesional e independiente que trato de transmitir en estos informes. De hecho he tenido la tentación de no entrar en el tema, porque de estas cosas siempre se sale escaldado por muy buena intención que pongas, pero, como dije al inicio, creo que es mi obligación darles mi opinión al respecto.
En una democracia occidental consolidada como la española lo importante para los mercados no es tanto la ideología, sino que haya un gobierno que gestione correctamente la economía. Así que mi primera recomendación es que eliminemos de entrada el componente emocional en esta cuestión. La bolsa española tuvo periodos brillantes con Felipe González y los tuvo con José María Aznar. A los inversores, sean nacionales o internacionales, les da igual que un gobierno sea de centro izquierda, de centro, de centro derecha o de derecha, siempre y cuando piensen que gestionará bien la política económica. Obviamente no les gustan los extremos, porque los extremos suelen aportar inestabilidad y normalmente no tienen un buen historial de gestión de la economía de mercado.
Normalmente en las bolsas de los países occidentales avanzados tienen mucho más peso cuestiones como las decisiones de los bancos centrales o lo que pase con el crecimiento global. Pero en el caso europeo hace años que la política sí que importa. Especialmente en países como España. En mi opinión, si en los últimos diez años la bolsa norteamericana le ha sacado una ventaja de más del 100% a las bolsas europeas ha sido por la falta de apoyo de los políticos europeos a la innovación, a los emprendedores y, en general, por lo poco que se premia en Europa el trabajo bien hecho. Pero también ha tenido mucho que ver la inestabilidad política y su efecto sobre cuestiones como el euro o la propia supervivencia de la eurozona.
No insistiré en cuales son las posibles coaliciones que pueden producirse tras las elecciones en España, porque ya lo sabe todo el mundo: la coalición “a la andaluza”, donde el PP y Ciudadanos gobernarían con el beneplácito de Vox, un gobierno formado por el PSOE y Ciudadanos o uno del PSOE con Podemos apoyado por los partidos independentistas. Y añadiré que, en mi opinión, las dos primeras serían buenas para la bolsa y la tercera probablemente no. La que más haría subir la bolsa sería una “coalición a la alemana” (PP, PSOE y Ciudadanos) pero esto es España y aquí esa coalición es sencillamente imposible.
Evidentemente en la situación actual sería presuntuoso por mi parte tratar de establecer un pronóstico y, además, mi especialidad no es la demoscopia. La situación está, en principio, tan igualada, que invertir en base a la posibilidad de que finalmente gobierne una de las coaliciones que benefician a la bolsa es como tirar una moneda al aire.
En los mercados los riesgos se toman en base a dos planteamientos fundamentales. El primero sería que se invierte si el beneficio potencial es bajo pero las probabilidades de acierto son altas. El segundo sería que se invierte si el beneficio potencial es muy alto aunque las probabilidades favorables sean escasas. En otras palabras: una inversión segura pero poco rentable o una inversión menos segura pero potencialmente muy rentable.
Aplicando este razonamiento a la bolsa española, estaríamos ante un riesgo muy alto de error y un beneficio potencial no tan alto, si tenemos en cuenta que la inversión internacional nos valora o sitúa dentro del contexto general europeo, es decir, que incluso si saliera un resultado electoral positivo para el mercado lo que más va a afectar a la bolsa española en el medio plazo no va a ser eso, sino la evolución de los retos y riesgos propios de la economía europea.
Aquí lo que importa es como ven los inversores internacionales el Eurostoxx o lo que haga el BCE. Así que, no teniendo claro que se vaya a producir un resultado claramente favorable ¿porqué asumir el riesgo?. Y más cuando tenemos como alternativas una Norteamérica activa e innovadora o un continente asiático que seguro que va a crecer mucho más que España en el futuro y esta en pleno proceso de estímulo en China. Y que participa en la revolución digital, mientras nosotros seguimos con el modelo basado en impuestos, turismo y ladrillo. China lleva una subida del 19% en el año y el IBEX un 7%. El SP 500 lleva un 11% ¿cambiaría tanto la situación si de las elecciones españolas saliera una coalición pro mercado? En mi opinión, en ese caso el mejor escenario posible es que pasáramos de estar a la cola a estar en el pelotón de las bolsas europeas y, siendo muy optimistas, a la cabeza de las mismas. Y punto.
El riesgo de un resultado negativo es muy alto comparado con el beneficio potencial de uno positivo. Y hay magníficas alternativas en otros mercados.
Personalmente creo que el riesgo de que gane una coalición que perjudique a la bolsa es demasiado alto si se compara con el beneficio potencial de que ocurra lo contrario. Y con las magníficas alternativas que hay en los mercados globales. Así que me quedo como estoy y no añadiré una posición especifica en un fondo de renta variable española de cara a las elecciones.