Si alguna vez se han preguntado cómo se pueden inyectar billones de euros en una economía con la intención de que lleguen al tejido productivo y al crédito y resulta que se quedan por el camino, la respuesta no es que desaparecen: la respuesta es que se quedan en bonos y “ladrillo”.
Los políticos pensaron que presionando al Banco Central Europeo para que se pusiera a imprimir dinero solucionarían todos los problemas económicos de la zona euro. Grave error: se puede llevar al caballo al río, pero no se le puede obligar a que beba.
Si conviertes una economía en un lodazal de regulaciones, burocracia e impuestos, por mucho dinero que inyectes no va a los negocios. Ni al crédito. Para empezar porque nadie quiere hacer negocios, ya que no hay el tipo de demanda que anima a montar negocios. Y los bancos tampoco están por la labor de prestar dinero por mucho que tengan a su disposición si piensan que no hay la alegría económica que garantice la devolución. La misma alegría que hace falta para que la gente y las empresas pidan crédito. Es el circulo vicioso de la “euro esclerosis”.
Si conviertes una economía en un lodazal de burocracia e impuestos, por mucho dinero que inyectes no va ni a los negocios ni al crédito. Se va a los bonos y al “ladrillo”.
Quitando casos concretos, en Europa va a seguir la tendencia que vemos en el gráfico número 4. Representa el aumento de los precios inmobiliarios en Alemania (línea amarilla) y la inyección de liquidez del BCE (línea blanca). La conclusión es obvia: a más dinero se inyecta, más suben los precios inmobiliarios. Y está claro que, por el momento, el BCE no va a dejar de inyectar dinero.
Grafico nº 4: Precios inmobiliarios y balance del BCE

Aunque muy probablemente se extiendan a otros países las medidas alemanas de limitación del precio de los alquileres, ocurrirá lo que ya está ocurriendo en Alemania: que seguirán subiendo los precios de los inmuebles.
Limitar los precios de los inmuebles por ley es muy complicado. Sólo se pueden reducir con más oferta, que sería también la forma de limitar el precio de los alquileres, pero la tendencia general de los políticos europeos es al intervencionismo, no ha aprovechar la ley de la oferta y la demanda.
Hace tiempo que recomiendo el sector inmobiliario europeo con la ventaja de que, haciéndolo a través de fondos de inversión que invierte en empresas cotizadas, no solo estamos aprovechando la tendencia alcista del “ladrillo” sino también la tendencia alcista de las bolsas europeas, que a su vez reciben algo de ese dinero del BCE que tendría que haber ido a la economía real.
En Europa irá menos dinero a los bonos, pero continuará yendo al sector inmobiliario.
Y por ese mismo motivo en las carteras personalizadas de Nextep seguimos incluyendo fondos que invierten en empresas cotizadas del sector inmobiliario de la Unión Europea, que, además, tienen la ventaja de que cuando pintan bastos, como ocurrió este verano pasado, aguantan algo mejor que el índice la volatilidad del mercado.