Pocas veces ha estado tan baja la inflación durante tanto tiempo. Quitando el periodo del desarrollo Industrial norteamericano, que se produjo entre 1870 y 1900, es difícil encontrar épocas largas con una inflación tan baja.
Hace tiempo que la economía entró en un periodo de cambio estructural que afecta al mecanismo de fijación de precios. El comercio electrónico es, al menos por el momento, claramente desinflacionista, porque gana cuota de mercado por servicio y por precio. Por otra parte, el nuevo modelo energético reduce la dependencia de los combustibles fósiles. Y las energías alternativas tienen mucho margen para reducir el coste marginal de la energía. Finalmente, el mundo digital ha cambiado las relaciones laborales. Los sindicatos han perdido mucha fuerza y son muchos los trabajos que pueden ser robotizados, lo que disminuye la capacidad de negociación de muchos colectivos.
La mezcla anterior es la que está permitiendo que los precios se mantengan bajos. Especialmente el índice de precios más importante, la inflación subyacente, porque es el más estable en el tiempo y refleja el contexto estructural, frente al coyuntural del IPC.
Gráfico nº 10: la inflación subyacente, desde 1960.

Lo más importante de este gráfico no es comprobar que, efectivamente, la inflación subyacente es muy baja. Eso es conocido, especialmente para los suscriptores de este informe (por lo que he insistido sobre el tema)
Más importante todavía es relacionarlo con el temor de la Reserva Federal a que el crecimiento traiga inflación. Si así fuera, si se están adelantando al repunte, sería motivo de felicitación y aplaudiríamos su visión. Pero si se han puesto nerviosos demasiado pronto y han subido los tipos antes de lo debido, cada subida va a garantizar un año más de baja inflación. O una década.
Esto tendría consecuencias muy importantes para el ahorro. Los depósitos podrían mantenerse sin remuneración alguna durante mucho más tiempo del que piensa la mayoría de la gente (y de los economistas) Los cupones de los bonos, tres cuartas de lo mismo. Un repunte en la rentabilidad de los bonos (1) de buena calidad crediticia sería, en este contexto, una oportunidad de obtener tipos razonables para el ahorro conservador.
Si la “fed” se pasa, los depósitos podrían mantenerse sin remuneración alguna durante mucho más tiempo del que piensa la mayoría de la gente.
Mi estrategia para el dinero que normalmente iría a depósitos, fondos monetarios y fondos de renta fija – la parte más conservadora de la cartera – se basa desde hace tiempo en invertir en fondos mixtos conservadores de baja duración y bajo peso en renta variable. Son productos de baja volatilidad que han demostrado que su riesgo de pérdida anual es mínimo o inexistente . Están cumpliendo holgadamente su misión.