Hablábamos en el informe anterior de lo fuera de la realidad que estaba la Reserva Federal de los Estados Unidos. De cómo estaba siendo incapaz de mirar a su alrededor y ver que estamos en medio de una revolución industrial no inflacionista – la revolución digital -, que está cambiando también el modelo energético. Y que la economía norteamericana no necesita que la enfríen, porque ya se enfría sola.
El caso es que si llegamos a retrasarnos un poco más, nos quedamos sin tema. Haciendo bueno lo de que rectificar es de sabios, la señora Yellen vino a decir recientemente exactamente eso: que esta economía no requiere “jarabe de palo” sino gradualidad y normalización. Y yo añadiría que más normalización – del “anormal” balance de la “fed” – que incremento, aunque sea gradual, de los tipos de interés.
Hablábamos en aquel informe de que el furor restrictivo que les había entrado a los bancos centrales podría originar una corrección y que, de hecho, ya estaba generando una pausa y un movimiento lateral bajista en las bolsas.
Pero lo que más ha preocupado a los mercados no es la actitud de la Reserva Federal, si no más bien la del Banco Central Europeo (BCE) Porque hablar de restricción monetaria en un país como Estados Unidos, donde el nivel de paro está por debajo del 5%, tiene toda su lógica. El único motivo por el que no es necesaria ahora mismo una política restrictiva es por las características peculiares del momento económico actual. Pero que el BCE tuviera un discurso restrictivo asusta, porque demuestra cuán alejados de la realidad pueden llegar a estar los banqueros centrales. Que gran idea la de Draghi, hablar de “tapering” – detener el proceso de estímulo – cuando en la economía europea solo hay brotes verdes. Muy esperanzadores, si, pero en absoluto para echar las campanas al vuelo. Y la inflación no solo no ha aumentado recientemente, sino que ha disminuido.
Gráfico: El PMI de la Eurozona pierde fuerza en Junio

Además del daño que han hecho a las bolsas – a las europeas en esta ocasión – a continuación les mostramos un gráfico que nos da una idea de otra forma en la que afectan los mensajes de los bancos centrales sobre el “tapering”.
Gráfico: Movimiento de los tipos de interés de mercado del bono a diez años tras una señal de “tapering”

Les traduzco la nota a pie de gráfico: “El nivel cero representa el día del mes de Mayo de 2013 en el que Ben Bernanke sugirió que la Reserva Federal podría comprar menos bonos (Tapering) También representa el día del mes de junio de 2017 en el que el presidente del BCE, Mario Draghi, sugirió algo parecido.
Lo que se ve en el gráfico es como esas declaraciones influyen en los tipos de interés del mercado de bonos, haciendo que suban, pero esas subidas afectan también, y mucho, a bolsas y divisas. Afectaron en el Tapering americano (ver línea azul del gráfico) y están afectando las insinuaciones europeas (línea amarilla) Desde que Draghi hizo sus comentarios en Sintra, a las bolsas europeas les cuesta mucho retomar el ritmo alcista.
Afortunadamente, el Jueves día 20 el BCE se unió a la rectificación de la “fed” y con ello deja entreabierta la puerta a un nuevo impulso alcista en el mercado. Pero cometió el error de matizar – “ya veremos en Octubre” – y eso restará fuerza al movimiento, especialmente en Europa.
Draghi todavía pesa en las bolsas europeas. Pero a nivel global, las bolsas cada vez presentan mejor aspecto. Ayudadas en esta ocasión por la rectificación de la “fed”, el índice MSCI de las bolsas mundiales ha hecho este año lo que ya hicieron hace tiempo los índices norteamericanos: romper máximos históricos y consolidar esa ruptura al alza.
Gráfico: Índice MSCI global supera máximos históricos.

Que poca importancia se le da a las noticias importantes y cuanta a las frases vacías pero altisonantes de los analistas puramente mediáticos. La ruptura de máximos y, sobre todo, la consolidación de esa ruptura por parte del MSCI World, es una señal técnica muy importante. Y no se habla de ella. Se habla de “represión financiera” y cosas parecidas.
La ruptura de máximos y, sobre todo, la consolidación de esa ruptura por parte del MSCI World es una señal técnica muy importante.
Fíjense en el gráfico: el índice que representa el movimiento de las bolsas mundiales llevaba sin superar esa marca desde finales del año 2007, marca establecida previamente en el año 2000. En otras palabras: quien hubiera invertido un dólar en una cesta formada por los índices mundiales en el año 2000, no habría ganado dinero hasta hace unos meses. Superada esta cota, el análisis técnico de más calidad y más sencillo, – la teoría de Dow -, nos dice que si esta ruptura se consolida, la dirección es claramente alcista. Ciertamente, en el año 2015 se tocaron estos niveles y el índice global volvió a caer. La diferencia en esta ocasión es, primero, que hay consolidación y, segundo, que los líderes del grupo, es decir los índices norteamericanos, tomaron dirección norte cuando hicieron exactamente esto mismo, como podemos ver en el tráfico que viene a continuación.
Gráfico: El SP 500. A la tercera fue la vencida.

Efectivamente, tras intentarlo en 2008, finalmente en el año 2013 el índice SP 500 rompió sus máximos históricos (fijados previamente en el año 2000) y, como puede verse, no ha dejado de subir hasta hoy (con una pausa muy importante en 2015 / 2016.
En el SP 500 ha sido de aplicación lo de que “a la tercera va la vencida”. Lo será también en el MSCI World.
En mi opinión, al romper máximos históricos, el índice MSCI World se está uniendo a la dirección marcada en su día por el índice norteamericano, que, por cierto, representa el 52% del índice global. En otras palabras: mi opinión es que el 48% del pelotón seguirá la estela del 52% líder.
Tras un periodo de reflexión y dudas, el mercado se dará cuenta de que no hay motivos para que la fed se ponga a subir los tipos de interés como si estuviéramos ante una gran amenaza inflacionista. Y el BCE mucho menos. Mientras tanto la economía global sigue adelante en su proceso de moderado crecimiento y Europa saliendo lentamente del agujero de sus particulares crisis económicas y políticas.
Si a esto unimos la falta de alternativas, tenemos una mezcla todavía atractiva para las bolsas, aunque lastrada por la mala política de comunicación del BCE. Aprovechémoslo mientras dure, porque los mercados alcistas no son eternos ni la volatilidad estará siempre en mínimos.