Todos los años hay un “clásico” entre los analistas que consiste en buscar algo que haya caído mucho y decir que va a subir, a ver si “suena la flauta” (y de paso vender muchos fondos del activo en cuestión generando la esperanza de que éste es “su” año). De hecho esta estrategia es algo muy habitual en el lado contrario: el de los analistas y “economistas jefe” que viven de anunciar crisis (sabiendo que tarde o temprano habrá una).
Pero hoy vamos a ver un tipo de activo que se utiliza más en el sentido de recomendar comprar a ver si sale bien. Y que también es un “clásico”, porque lleva muchísimos años perdiendo posiciones frente a otros activos de riesgo y es un gran candidato a que “suene la flauta”.
Se trata de las materias primas. Su mala evolución de los últimos años sólo es comparable a la de los fondos “de valor”. Y si no, vean el gráfico número dos, donde se mide la evolución de la rentabilidad de este activo en relación a las acciones cotizadas. Llevan haciéndolo peor desde hace muchos años, pero nunca han ido tan por detrás. No es de extrañar que surjan voces —algunas muy serias— recomendando tomar posiciones.
Gráfico nº 2: Rentabilidad de las materias primas en relación con las acciones.
Vaya por delante que estoy convencido de que las materias primas tendrán su momento y que probablemente ese momento esté cada día más cerca. Y en Nextep queremos ser los primeros en dar la buena nueva a nuestros clientes y notificarles que ha llegado el momento de comprar algo que está tan barato. Y que tarde o temprano por la simple naturaleza cíclica de la economía y los mercados acabará subiendo. Pero hay que tener cuidado con el timing. Hasta que repunte la inflación —y a ser posible repunte bastante— es muy difícil que repunte el precio de las materias primas.
A las materias primas también les viene muy bien que haya crecimiento, precisamente porque el crecimiento genera demanda y eso a su vez suele ayudar a que suban los precios. Pero es importante tener en cuenta que no siempre es necesario que haya crecimiento para que repunte la inflación, aunque sea lo más habitual. Hay un escenario económico que se llama “estanflación” donde se unen el estancamiento económico con el incremento de la inflación y que puede ser muy bueno para las materias primas.
Así que la condición necesaria para que suban los fondos que invierten en materias primas es que repunte la inflación. Si además mejora el crecimiento, mejor que mejor. En consecuencia, antes de invertir en materias primas tenemos que plantearnos qué posibilidades hay de que aumente la inflación y en qué plazo.
Las condiciones para que repunte la inflación ya se están creando: una masa monetaria única en la historia que coincidirá con planes de estímulo monetario y económico masivos que, una vez desaparezca el virus, podrían llevarnos a un escenario de crecimiento no ya normal, sino superior a lo normal. Y todo coincidiendo con un mar de liquidez en el sistema. Es un escenario del libro para que repunte la inflación.
Y entonces ¿por qué esperar? La respuesta se llama revolución digital. Si no hubiera revolución digital probablemente ya estaríamos recomendando desde Nextep nombres de fondos y ETF que se beneficien del incremento de precio de las materias primas. Pero si algo ha demostrado la revolución digital es su carácter desinflacionista, algo que por otra parte ha sido común en todas las revoluciones industriales.
Una de las principales características de la digitalización es que para hacerse con los mercados de las empresas tradicionales lo que hace es ofrecer algo mejor y, muy importante: a un precio más barato. Esa sería la primera fuerza desinflacionista. Pero también es muy competitiva internamente. Basta que alguien se pase con los precios para que surja otro que ofrezca lo mismo al precio anterior o más barato. Y no es necesario montar grandes infraestructuras físicas para entrar a competir, lo que hace que la entrada de nuevos jugadores sea relativamente rápida.
Evidentemente esto puede cambiar, pero habría que tener alguna señal al respecto, normalmente vía indicadores adelantados no ya sólo de la inflación futura, sino de los precios y la competencia en el mundo digital. Son indicadores que, por cierto, seguimos muy de cerca en Nextep y compartimos en nuestra cuenta de Twitter. La tienen en @NextepFinance.
Hasta que no tengamos datos consistentes en el tiempo sobre un aumento de las expectativas de inflación o alguna indicación de que los gigantes digitales empiezan a subir precios, tendremos que esperar antes de “lanzarnos” a la piscina de las materias primas, no sea que en lugar de una flauta lo que suene sea un bocinazo.