El gráfico número 3 de este informe no tiene desperdicio. Muestra el sentimiento de mercado en EE.UU., que ahora es extremadamente pesimista. Quien no conozca los mercados pensará que es señal de más bajadas. Pero quien los conozca sabe que no es es así necesariamente. De hecho, indica que aumentan las probabilidades de que está cerca un rebote de cierta magnitud.
Gráfico nº 3: Máximo optimismo vs máximo pesimismo

Después de un cierre espectacular en 2017, los inversores iniciaron el año en plena euforia. Y así, con el índice a niveles de máximo optimismo, llegó la primera corrección. Los inversores norteamericanos pasaron de la euforia al pesimismo, aunque tampoco excesivo, para luego ir animándose de nuevo. Así el SP 500 llegó a tocar máximos históricos y el índice volvió a zona de optimismo. Luego, con la inapreciable ayuda de la Reserva Federal y del conflicto comercial con China, el sentimiento inversor ha acabado de nuevo por los suelos.
Si nos fijamos en momentos similares en el pasado, vemos que el más llamativo fue la crisis financiera de 2009, donde el máximo pesimismo (-58% de lectura del índice) dio paso a una fuerte tendencia alcista que ha durado casi diez años. No creo que vaya a ser el caso en esta ocasión, puesto que entonces tocamos niveles de auténtico pánico (a partir del -50%). Pero el nivel actual tampoco es manco. Tengamos en cuenta que el gráfico es de hace una semana. Al finalizar este informe estamos en un – 45%, un nivel de pesimismo que ya se puede calificar de históricamente alto.
Incluso así no se pueden descartar nuevas caídas. El miedo además de libre es irracional. El mercado podría bajar todavía algo más antes de rebotar. Pero lo importante es que los niveles de optimismo y pesimismo oscilan dentro de una banda de fluctuación y que, a más se acercan a los extremos, más probabilidades hay de que cambien de dirección.
Los niveles de optimismo y pesimismo oscilan dentro de una banda de fluctuación. A más se acercan a los extremos, más probabilidades de que cambien de dirección.
Es curioso también comparar las conclusiones del capítulo anterior, en las que se veía qué ha ocurrido en los meses posteriores a la inversión de la curva, con las conclusiones de este análisis. Cuando el sentimiento alcista es inusualmente bajo y el alcista inusualmente alto – como es el caso -, lo que ha ocurrido en los siguientes seis y doce meses es que el SP 500 ha tenido retornos superiores a la media histórica del índice (que es positiva y en el entorno del +9% anual) Curiosamente, la misma conclusión que en el capítulo anterior.
El resumen sería que estamos entrando en una zona en la que hay muchas probabilidades de que se produzca un rebote de cierta importancia. Quien tenga que vender porque su exposición al mercado sea excesivamente alta es mejor que espere a que se produzca. También estamos ante una gran oportunidad para el “trader”, el inversor de corto plazo, de comprar en zona de máximo pesimismo para vender cuando vuelva el optimismo.