Hace ya tiempo que recomiendo invertir en bolsa europea. Primero desde estos “Cuadernos” y, luego, con nombres y apellidos – de fondos -, desde las carteras personalizadas de Nextep Finance, cuando el pasado mes de Julio se puso en marcha el servicio de asesoramiento personalizado.
La recomendaba, en primer lugar, por el dividendo. En un escenario de tipos de interés cero o negativos, el cupón del 3% de media que ofrece la bolsa europea representa una oportunidad histórica. En segundo lugar, por algo que no es una realidad sino una expectativa, pero que va tomando cuerpo: la posibilidad de que se lleven a cabo fuertes inversiones en infraestructuras como forma de reanimar la “euro esclerótica” economía de la Eurozona. Y no olvidemos que los mercados se mueven mucho por expectativas.
Llevo años oyendo hablar de lo rentable que puede ser invertir en la preservación del medio ambiente. Pero al final siempre quedaba en nada. Las directivas medioambientales europeas no se cumplían o se cumplían diluidas y con retraso. En el caso de los mercados emergentes las prioridades siempre han sido otras, como es lógico. Allí sólo se ha invertido seriamente en temas medioambientales de primera necesidad, como puede ser el tratamiento de aguas residuales o la potabilización.
Pero es posible que, en esta ocasión, al menos en Europa sea diferente. Y no porque los políticos hayan adquirido una sensibilidad ecológica especial. En general para ellos es más una excusa para crear nuevos impuestos o aumentar los existentes. Pero en esta ocasión puede que se hayan dado cuenta de que también puede ayudarles a esconder las vergüenzas de una mala política económica que ha subido en el estancamiento el crecimiento de la zona euro. Además, en países como Alemania supone una fuente de generación de votos, como demuestra el hecho de que el partido verde se ahora el referente del centro izquierda alemán.
El gran cambio para la inversión medioambiental es que ahora se unen a su favor las necesidades políticas y económicas.
La eurozona necesita un fuerte impulso económico si no quiere quedarse estancada otra década. Ese impulso puede venir través de una gestión inteligente, como sería liberar al tejido económico europeo del lastre de la burocracia y las regulaciones y, en paralelo, bajar los impuestos. Pero, a falta de inteligencia y valentía política, puede venir por el lado de la inversión pública, aunque su efecto es temporal.
En esta disyuntiva es casi seguro que los políticos se decantarán por el lado de la inversión publica. Es mucho más fácil. Además realmente en esta ocasión esas inversiones publicas están justificadas. Lo están tanto para contener el deterioro medioambiental como para mejorar la poco competitiva infraestructura digital europea. Es la excusa perfecta, porque si ya es fácil “colar” un impuesto diciendo que es medioambiental – aunque luego seguramente se dedique a otra cosa -, resulta mucho más fácil “vender” al electorado inversiones públicas dirigidas a la preservación del medio ambiente.
El gran cambio con respecto a décadas anteriores es que ahora se unen la motivación económica, política y electoral para que la inversión medioambiental se ponga en marcha en la eurozona.
Y en ese proceso en el que se alinean las estrellas también en esta ocasión interviene, curiosamente, la banca. Pero de eso hablamos en otro capítulo de este informe.
Los inversores tienen muchas formas de beneficiarse del proceso: invertir en los índices europeos globales, elegir las bolsas de los países europeos donde más va se vaya a notar esa inversión medioambiental, fondos temáticos y sectoriales que tengan claro donde se juega el partido, etc.
Otro campo de juego podría ser el sector del automóvil. ¿Quiénes serán los ganadores? ¿y los perdedores? Imagínense un gestor que supo ponerse largo en Tesla y corto en Nissan, por poner un ejemplo. Un buen gestor “de valor” (el famoso “value”) debería saber aprovechar la más que probable reestructuración del sector. Pueden tener la oportunidad de demostrar que son capaces de generar “alfa” con la selección de valores.
En fin, por motivos legales aquí no podemos recomendar fondos concretos – las recomendaciones concretas y personalizadas quedan reservadas por ley a las empresas de servicios de inversión – pero el equipo de análisis de Nextep, nuestra empresa de asesoramiento financiero regulada por la CNMV ya trabaja en la búsqueda de gestores de valor que hagan honor a ese nombre y sepan aprovechar el “mini” Plan Marshall europeo.
El equipo de análisis de Nextep trabaja en la búsqueda de gestores “de valor” que hagan honor a ese nombre y sepan aprovechar el “mini” Plan Marshall europeo.
Otro sector que puede ser interesante es el de las compañías eléctricas. Si saben jugar bien sus cartas podrán renovar sus instalaciones más antiguas e ineficientes con cargo al Estado y a la revolución verde. Ya esta ocurriendo en Alemania. El día que se anunció que EON eliminaría todas sus instalaciones de carbón y nucleares y que sólo produciría eólica y solar, la empresa se revalorizó un 2% en bolsa. Y además anunció que no pensaba reducir el dividendo.
Hace ahora seis meses, en Nextep Finance emitimos una nota de análisis recomendando sustituir fondos de renta fija por fondos que inviertan en compañías europeas de servicios público (“utilities”), que son las que pagan el mejor dividendo del mercado. Eso incluye principalmente a compañías eléctricas. Ahora tenemos otro motivo para seguir enviando la nota de análisis a los nuevos clientes: además de un estupendo dividendo, podrían beneficiarse del “plan Marshall” verde europeo.