Los riesgos
En esta ocasión empezaré por los riesgos, para que vean que, pese a la posición claramente alcista que he mantenido a lo largo de los últimos años, no soy un optimista incorregible. Trato de ser realista y las condiciones eran muy buenas para invertir, tanto en renta variable como en renta fija de largo plazo y bonos corporativos. Los mercados no dan muchas oportunidades de ganar dinero y hay que aprovecharlas.
También es importante aclarar que los riesgos no debemos verlos necesariamente como un motivo para abstenerse de invertir. De hecho, en un mercado alcista como en el que creo que continuamos, identificar los riesgos significa identificar las correcciones que permitan entrar a quienes se han quedado fuera o a quienes hacen “trading” (inversión de corto plazo)
Desigualdades, populismos y nacionalismos
No creo que sea sospechoso de ser comunista o algo así, pero pienso que el aumento de la desigualdad social acabará pasando factura. La estabilidad de una democracia depende mucho del tamaño y la salud de su clase media y que no se deteriore en exceso la de sus clases bajas. No se conoce un solo caso de un país que haya podido mantener una sana salud democrática mientras se destruyen las clases medias o aumenta el nivel de pobreza. El deterioro que generó la crisis de 2008 no solo no se ha reparado, sino que la situación sigue igual o peor. Y es un problema que afecta a todas las economías avanzadas.
La estabilidad de una democracia depende mucho del tamaño y la salud de su clase media. Y no sólo no se ha reparado el daño que hizo la crisis, sino que ha ido a peor.
Una situación así es caldo de cultivo para que los perjudicados empiecen a buscar culpables, normalmente enemigos exteriores o “los ricos”. Es caldo de cultivo para los nacionalismos y los populismos. La culpa no es de todos los políticos, sino de los que han estado gobernando. A los nuevos hay que dejarles el beneficio de la duda. Pero es un caldo de cultivo en el que se polariza la situación y solo es cuestión de tiempo que se fuercen las costuras de la democracia y de la economía.
Todo esto es más evidente en Europa, pero también ocurre en Estados Unidos. Yo soy un admirador de la economía norteamericana pero ahora mismo los estudiantes se endeudan para toda la vida para tener cualificaciones que les permitan competir en un durísimo mercado laboral y Las mejoras económicas sólo llegan a una parte de la sociedad. La sanidad de calidad está alcance de muy pocos y siempre a precios astronómicos. Las fortunas de los grandes magnates van camino de ser tan grandes como el producto interior bruto de un pequeño país mientras que los trabajadores con menor cualificación se quedan atrás. Yo creo en la economía de mercado, pero ninguna obra humana es perfecta y todas requieren de ajustes y reparaciones. Esperemos que en esta ocasión esos ajustes no vengan por la vía violenta o el vuelco político.
Normalmente la política no influye en las bolsas. Los políticos generan cizaña, cierto, pero los pilares de la economía, es decir, las empresas y los trabajadores, siguen adelante pese a los políticos. Siguen construyendo y reconstruyen lo que los políticos derriban. Pero siempre hay excepciones y las situaciones extremas en política acaban generando situaciones extremas en la economía y en los mercados.
Todo esto tendremos que vigilarlo atentamente en el año 2020. Y no solo desde un punto de vista negativo. Como veremos en otro capítulo de este informe, la presión del SPD alemán y de los verdes podría hacer que Alemania y países adláteres relajen la política de austeridad, lo cual a su vez podría mejorar la situación económica y reducir las expectativas electorales de los partidos populistas, nacionalistas y antieuropeístas. O justo lo contrario. Estaremos vigilantes.
Aumento de la volatilidad
Los mismos analistas e “influencers” que el año pasado sólo hablaban de crisis, recesión “represión financiera” y burbuja bursátil – y que miraban mal a los que recomendábamos invertir – ahora lo ven todo de color de rosa. No es una buena señal que el consenso cambie de acera. Y con la volatilidad en niveles relativamente bajos, como puede apreciarse en el gráfico número 1.
Gráfico nº 1: índice VIX de la volatilidad, por debajo de la media histórica

Porque ahora, además de a Donald Trump tenemos a Boris Johnson. Ellos dos solos ya son “per se” garantía de volatilidad. Es más: lo que han alcanzado China y Estados Unidos es una tregua. Ahora llega la fase dos de la negociación, que es más complicada. Y, encima, en plena campaña electoral norteamericana. Añadan la situación política europea y pueden estar seguros de que esas casas que todos los años se limitan a decir como predicción que el año que viene será “volátil”, en esta ocasión acertarán.
Pueden estar seguros de que esas casas que todos los años se limitan a decir como predicción que el año que viene será “volátil”, en esta ocasión acertarán.
Esto no significa que el año no acabe bien. De hecho, yo creo que acabará bien, pero estoy convencido que en este curso una de las misiones de estos “Cuadernos” y del servicio de asesoramiento de Nextep será evitar que alguien se tire asustado por la borda en plena tempestad o que otros se “vengan arriba” y pretendan llegar a nado porque ha mejorado el tiempo.
Elisabeth Warren
En principio y viendo el despiste que cunde entre las filas demócratas, uno podría pensar que la reelección de Trump está garantizada. O al menos eso pensaba yo hasta que he empezado a analizar a sus posibles rivales y he dado con Elizabeth Warren.
Gran comunicadora, rápida, muy lista. Está sabiendo detectar las debilidades de la situación actual. Si es capaz de salir nominada en la convención demócrata – lo cual no es nada fácil – y reduce un poco su fervor anticapitalista, podría ser un hueso duro de roer para Donald Trump. Esta mujer no es Hillary Clinton, se lo aseguro.
Fíjense en el gráfico número 2, que bien le sienta al índice bursátil SP 500 la posibilidad de que Warren no sea candidata, imagínense como le sentaría que si lo fuera.
Gráfico nº 2: SP 500 vs posibilidades de que Elisabeth Warren sea nominada

La realidad es que Warren lo tiene muy difícil, empezando por la enorme cantidad de dinero necesaria para la nominación y luego para la campaña, así que este es un riesgo poco probable. Ahora bien, dada la tendencia en los mercados a que lo menos probable es lo que ocurra, nada como tenerlo en el radar.
La miopía alemana
En paralelo al aumento de las diferencias sociales, cada vez es mayor la distancia económica entre el sur y el norte de Europa. De seguir así, la cuestión ya no es si se romperá la cuerda, sino cuando y por donde.
En mi opinión la mejor solución sería reactivar la actividad productiva de la eurozona y, como consecuencia, la creación de empleo. Y la mejor forma es eliminar el traje de cemento que le han puesto a la actividad empresarial los políticos y burócratas europeos a base de excesos regulatorios, burocráticos e impositivos. Para mí la mejor política sería la que siguió Margaret Thatcher cuando llegó al poder en Inglaterra, salvo que en este caso no habría que luchar con los sindicatos sino con la burocracia, bajar los impuestos y poner como prioridad la promoción de la actividad empresarial y el empleo, especialmente entre los más jóvenes y los mayores.
Pero para hacer esto hace falta tener valentía y liderazgo y en Europa no hay políticos así. Ahora bien, a falta de la mejor solución, siempre queda la brocha gorda del estimulo fiscal, es decir, que el Estado siga una política keynesiana y encienda la mecha de la recuperación realizando fuertes inversiones en infraestructuras. Y, hay que decirlo: en lo referente a infraestructuras digitales y medioambientales no sería una mala idea. Y si ambas cosas generan empleo y actividad económica, bienvenidas sean.
Pero si no se hace nada, si Alemania sigue en el “no a todo”, entonces tendremos un serio problema. Es un asunto que vigilaremos muy de cerca en 2020.
Hong Kong
Tengo la impresión de que si China no ha intervenido militarmente en Hong Kong ha sido para no perjudicar el acuerdo con Estados Unidos. Si decidieran hacerlo ahora perjudicaría la aplicación de ese acuerdo, sin duda, pero probablemente fuera de forma temporal. Hasta que se calmaran las aguas. Seguramente el congreso de los Estados Unidos se rasgaría las vestiduras, pero no olvidemos que si se ha firmado una tregua es porque a ambas partes les interesa.
Puestos a tomar una decisión drástica y cortar por lo sano, el periodo entre que se ha cerrado un acuerdo y el inicio de las negociaciones para el próximo sería el momento menos malo para una actuación de este tipo. Eso sí: sin duda afectaría a las bolsas porque el acuerdo alcanzado quedaría en stand by y lo mismo ocurriría con la fase dos.
El periodo entre que se ha cerrado un acuerdo y el inicio de las negociaciones para el próximo sería el momento menos malo para una intervención China en Hong Kong.
Aunque, en mi opinión, luego se seguiría hacia delante, dada la magnitud de los intereses económicos en juego, qué duda cabe que en 2020 no podemos descartar el riesgo de una corrección con origen en la situación de Hong Kong.
Finalizada la lista de los posibles riesgos, la experiencia nos dice que el mayor riesgo es el que no se conoce, el que viene por sorpresa. Pero ese puente sólo podremos cruzarlo cuando llegue. Y para eso tenemos en Nextep un servicio de asesoramiento en tiempo real: para comunicar rápidamente los cambios a realizar en las carteras de fondos – y pronto de ETFs – ante los cambios que se produzcan en el mercado.
Las oportunidades
He empezado por los riesgos para que no me acusen de optimista recalcitrante, pero la verdad es que para el año que viene veo más oportunidades que riesgos que impliquen abandonar el mercado, salvo temporalmente.
El último tren
Las constantes llamadas a la prudencia, cuando no directamente al pánico, que han realizado la mayoría de los analistas, gestores y asesores a lo largo de estos años han dejado a mucha gente fuera del mercado y, en consecuencia, del rally bursátil. De hecho, esta subida ya se conoce en EE.UU. como “el mercado alcista más odiado de la historia” (por el número de inversores que se lo ha perdido). ¿Es tarde para subirse al tren? Yo creo que no.
La buena noticia es que este mercado alcista todavía tiene recorrido y quienes se lo han perdido están a tiempo de subirse al tren.
La buena noticia es que muy probablemente este mercado alcista todavía tiene recorrido. No puedo entrar aquí en explicar de porqué, sería demasiado largo y ocuparía todo el informe. Pero lo haré sin duda a lo largo de los próximos números de estos “Cuadernos”. Lo importante ahora es que quién se ha quedado fuera sepa que todavía puede sacar partido de la tendencia si sabe o le ayudan a jugar bien sus cartas.
Reestructuración bancaria
Con independencia de lo que hagan las bolsas en general, hay un tema sobre el que ya he hablado en otras ocasiones: la reestructuración bancaria europea. De hecho, pronto tendrán a su disposición en la web victoralvargonzalez.com una hemeroteca donde podrán consultar los cuadernos anteriores (excepto los cuatro últimos que serán de acceso exclusivo a los suscriptores). En este caso se trata este asunto en profundidad en los “Cuadernos” números 31 (Septiembre 2017) y 32 (Octubre 2017)
Me limitaré a resumir la idea fundamental: en Europa hay demasiados bancos, son demasiado grandes y están demostrando ser incapaces de adaptarse al nuevo entorno digital. Además, aunque los tipos de interés pueden ajustarse ligeramente al alza, van a seguir muy bajos durante mucho tiempo, perjudicando los márgenes de las entidades financieras. Y la solución fácil de cobrar comisiones estratosféricas en los fondos de inversión y otros productos financieros va a verse seriamente amenazada por la nueva competencia que suponen las plataformas baratas, los ETF y los fondos indiciados.
La banca sigue confiando en la ayuda del Estado y en que le proteja de los competidores. Pero esa protección no será gratis: será a cambio de que se “pongan las pilas”, es decir, que se produzca un proceso de restructuración, probablemente forzado en este caso desde el Banco Central Europeo.
La reestructuración bancaria europea será la oportunidad que tendrán los gestores “value” para demostrar que son capaces de detectar valor.
Las restructuraciones bancarias generan fusiones y adquisiciones, un proceso muy interesante para los gestores que sepan aprovecharlo. Será también la oportunidad que tendrán los gestores “value” para demostrar que son capaces de detectar valor, en este caso en río revuelto.
Nosotros vamos a estar muy pendientes, tanto del sector como de los gestores que sean capaces de aprovechar la situación. Lo verán en estos informes y en las carteras asesoradas de Nextep y su selección de fondos. Si no hemos hecho todavía recomendaciones concretas o lanzado señales de entrada es porque, como habrán podido comprobar, el proceso todavía no ha comenzado. Y en las inversiones el “timing” es muy importante.
El estímulo fiscal
Si Alemania decide modificar su política de extrema austeridad y permite que los países europeos que estén en condiciones de hacerlo – obviamente no es el caso de España – lleven a cabo medidas de estímulo fiscal a base de inversiones en infraestructuras digitales y medioambientales, podríamos tener un cambio muy importante en la evolución de los mercados europeos de renta variable.
De hecho, uno de los motivos por los que Europa no se ha quedado, como siempre, por detrás de Estados Unidos en revalorización bursátil en 2019, es precisamente porque se está empezando a descontar esa posibilidad. Es uno de los temas estrella a seguir este año y por eso más adelante le dedicamos un capítulo completo de este informe.
Sería una excelente oportunidad de lo que se conoce como operación “Long Short”: “largo” del sector bancario europeo, “corto” de renta fija euro de largo plazo.
Es más, si hay cambios en la política de austeridad podría ser una excelente oportunidad de lo que se conoce como operación “Long Short”: ponerse “largo” del sector bancario europeo y “corto” de renta fija euro de largo plazo. Una recomendación – “cortos” en bonos europeos – que ya se hizo a los suscriptores de Nextep y que ya está dando muy buenos resultados.
Japón
A la chita callando podrían estar empezando a cambiar cosas en el país del sol naciente. En el año 2012 Shinzo Abe fue nombrado primer ministro y anunció un programa de tres medidas para acabar con el estancamiento económico y la deflación crónica. Lo llamó “las tres flechas”. Consistía en un proceso de drástica relajación monetaria, estímulo fiscal y reformas estructurales, especialmente en temas de gobierno corporativo.
Ocho años después, nadie se fija en Japón. Motivo más que suficiente para fijarse y no descartarlo como oportunidad en 2019. Y lo que se observa en los datos es que empiezan a detectarse algunas señales que podrían estar indicando un cambio. Y es importante porque el mercado de renta variable japonés tiene sin duda un gran potencial y la cuestión es cuándo será liberado ese potencial.
Lo analizamos en este número de los “Cuadernos”, donde dedicamos un capítulo a ver cómo y donde están las famosas flechas de Shinzo Abe.
Reino Unido
Hablamos de ello en el informe del mes de diciembre, así que no nos repetiremos, porque además lo tendrán pronto disponible en la hemeroteca de los “Cuadernos” que pueden encontrar en la web victoralvargonzalez.com. Pero no queríamos dejar de mencionar esta oportunidad de inversión y la idea se resume rápido: ¿Y si los británicos no se equivocan? ¿Y si, liberados del corsé burocrático y regulatorio europeo pueden competir mejor en esta economía globalizada?
No olvidemos que a Europa tampoco le interesa cerrarles la puerta, porque entonces tampoco podría venderles a ellos. En otras palabras, una Inglaterra con un tratamiento parecido al de Noruega podría ser una buena oportunidad de inversión y, muy importante: una alternativa europea – puesto que europeos van a seguir siendo y muy relacionados con la economía del continente – cuando la situación socio política se complique en Europa. Lo que viene siendo una interesante diversificación e incluso cobertura, vaya.
Sectores
Siempre hay sectores que superan a los grandes índices generales. Miren sino este año a mi preferido, el NASDAQ, con mucho peso en las carteras agresivas recomendadas por Nextep.
Mencionamos anteriormente el sector bancario europeo, pero también hay que estar atentos al sector medioambiental y a los subsectores tecnológicos. Aquí en España estamos a “otras cosas” y cada día más lejos de los avances tecnológicos, pero en China, o más concretamente en Hong Kong, acaban de salir a cotizar dos empresas, una dedicada a la inteligencia artificial – especializada en el reconocimiento facial – y otra al comercio digital (el gigante de distribución Alibaba). Aunque usted y yo vivamos en España, nuestros ahorros no tienen porque quedarse fuera del enorme cambio económico y tecnológico que se está viviendo en el mundo.
Aunque usted y yo vivamos en España, nuestros ahorros no tienen porque quedarse fuera del enorme cambio económico y tecnológico que se está viviendo en el mundo.
También tenemos por los suelos el sector de las materias primas. Por el momento no veo ninguna opción de que se sitúe entre los ganadores, pero no hay que perder nunca de vista aquello que está en niveles históricamente bajos de precios. Y no solo de tecnología vive el hombre. No parece fácil que el sector vuelva a los puestos de cabeza, pero bastaría un pequeño repunte en la inflación o del crecimiento global para que repuntara el sector.