Desde un punto de vista de valoración de resultados que incluya tanto la rentabilidad como el riesgo, nuestra apuesta por el dólar se situaría en un puesto muy bueno. Primero fué en estos “Cuadernos” y luego en las carteras de Nextep Finance cuando esta tomó el testigo de las recomendaciones – ya con nombres y apellidos de los productos –. Hemos estado recomendando fondos de renta fija que inviertan en dólares de forma continuada.
El resultado ha sido positivo se mire por donde se mire: como han bajado los tipos de interés en Estados Unidos se han ha revalorizado las posiciones en bonos norteamericanos (2). Además, en dichos bonos el cupón ha sido y es todavía positivo, contrariamente a lo que ocurre en Europa. Por si lo anterior fuera poco, el dólar ha subido frente al euro y, por si todo lo anterior no fuera suficiente, la divisa norteamericana ha cumplido el papel de cobertura que yo esperaba que realizara, es decir, que subiera cuando cayeran las bolsas y, mejor todavía: que no cayera necesariamente cuando subieran.
La cuestión ahora es si los fondos de renta fija en dólares van a seguir dándonos alegrías o no. Así que vamos a revisar los motivos que originaron la primera recomendación y ver si siguen vigentes.
En los mercados no se valora el sentido común. A los clientes les impresionan más los números complejos y la utilización de frases grandilocuentes.
El primer motivo se basó en la “cuenta de la vieja”. Y en el sentido común. Dos análisis que suelen funcionar muy bien en los mercados financieros, si bien nadie los suele hacer o reconocer porque siempre queda mejor impresionar a la gente con números complejos y frases tan huecas como grandilocuentes. Pero la cuenta era sencilla: donde un bono alemán no daba nada y uno español bastante poco, su equivalente norteamericano daba lo que se dice un buen cupón.
Pero de nada sirve un buen cupón sí cae la divisa. Y ahí es donde entra el sentido común. La fortaleza de las divisas depende sobretodo de la fortaleza de la economía subyacente. Cuando iniciamos la recomendación, la economía norteamericana continuaba con su largo proceso de crecimiento, mientras que la europea se recuperaba a duras penas de la crisis.
La situación actual es que la economía norteamericana crece al 2% anual, y la europea un 1% escaso. Y el “motor” europeo, Alemania, crece al 0,1%. El gráfico número 5 nos muestra el crecimiento alemán. Y parece un motor que se detiene.
Gráfico nº 5: PIB trimestral de Alemania

Es más, si analizamos la evolución de una economía muy pegada a la europea como es la sueca, que suele actuar de indicador adelantado, lo que nos dice es que el riesgo de recesión en Europa es cada vez mayor (ver gráfico nº 6) La línea de color azul oscuro representa el índice de compras de los directivos de la economía sueca, con dos meses de adelanto respecto a los de la Eurozona, representada por la línea azul clara. Si esta correlación, casi perfecta en el pasado, siguiera funcionando en el futuro, en un par de meses este dato tendrá una lectura inferior a 50, nivel característico de una situación de recesión.
Gráfico nº 6: Indice de compras de directivos, en Suecia y en la eurozona

Si las matemáticas de nuestras abuelas nos dicen que siguen pagando más cupón en Norteamérica y el sentido común nos muestra una economía relativamente fuerte allí frente a una economía euro esclerótica aquí, mientras no cambien las circunstancias no vemos al euro revalorizándose frente al dólar. O a los tipos de interés europeos haciéndole sombra a los norteamericanos.
Evidentemente mantenemos la mente abierta. Un anuncio diciendo que se inicia un proceso de estímulo fiscal potente en la Eurozona podría cambiar el sentido de la divisa. El estímulo fiscal es una herramienta un tanto artificial para animar una economía, pero qué duda cabe que puede conseguirlo temporalmente. Eso rompería el equilibrio actual de las divisas.
Finalmente está la cuestión de la cobertura. Y sigue funcionando. Especialmente atractivo es el atributo de ser una cobertura de verdad, es decir, que no porque suba la bolsa europea tenga que caer el dólar. Las “malas” coberturas son aquellas que cubren frente a una caída, pero caen cuando sube el activo cubierto, de forma que el resultado neto da suma cero.
Así que, pendientes de lo que ocurra con el posible estímulo fiscal europeo y preparados para lanzar la correspondiente notificación de cambio desde nextepfinance.com si hubiera novedades en este frente, mantenemos los fondos de renta fija en dólares en nuestras carteras recomendadas.