La opinión del consenso es que a Inglaterra en solitario le irá muy mal. Y a mi la experiencia me dice que el consenso de analistas se equivoca mucho más que acierta. Si no fuera así, todos serían ricos. Obviamente no es el caso.
Por el momento el Reino Unido no está en las carteras recomendadas de Nextep Finance. Y tampoco en el radar, es decir, no vigilamos el “timing” de su posible inclusión. Por puro sentido común: como mínimo hay que esperar y ver si se produce finalmente el Brexit, en qué condiciones y cómo evoluciona la situación política del Reino Unido una vez se produzca la separación. No sabemos si los británicos harán “piña” o aumentarán las diferencias y antagonismos que ha creado el referéndum, haciendo así ingobernable el país.
Pero supongamos que ocurre lo inimaginable (o por lo menos lo inimaginable para el consenso). Que después de un periodo de inestabilidad, esta democracia, una de las más antiguas del mundo, es capaz de reorganizarse y volver a una cierta normalidad.
Hablamos de una de las economías europeas y mundiales que ha sido siempre puntera e innovadora. ¿Cómo podría reaccionar el país y su economía una vez se liberen de los excesos burocráticos y regulatorios de la Unión Europea? Es una pregunta importante y no puede descartarse que, en algún momento, el Reino Unido sea capaz de aprovechar su libertad para competir de forma muy agresiva en muchos sectores, contando, además, con cierta ayuda desde Estados Unidos, si saben jugar bien sus cartas.
Es una economía que ha sido siempre puntera e innovadora. ¿Cómo podría reaccionar una vez se libere de los excesos burocráticos y regulatorios de la UE?
Además de la liberación burocrática y regulatoria, hay otro elemento que podría jugar a su favor: la revolución digital. No parece muy difícil adelantar a la Eurozona (ver gráfico número 4)) No sabemos si eso sería suficiente para compensar la pérdida de influencia en el sector financiero. Y también está por ver si esa pérdida de influencia es real. O si pasa a ser más global que europea. En cualquier caso, no podemos negarle al Reino Unido su liderazgo en cuestiones financieras y bancarias solo porque abandone la Unión Europea. Sin duda es un reto, pero talento para esta actividad nunca les ha faltado.
Hay otros elementos a tener en cuenta, pero no quisiéramos acabar sin mencionar el papel que podría tener la bolsa británica como elemento de descorrelación en una cartera de renta variable. Es una economía que, les guste o no a ellos y nos guste o no al resto de europeos va a seguir muy relacionada con la de la Unión Europea – que nos lo pregunten a los españoles –, pero sin estar dentro de la Unión. Para los que nos dedicamos a los mercados esto suena a mercado europeo con baja correlación con la evolución de las bolsas de la Eurozona. Este tipo de activos da mucho juego a la hora de reducir la volatilidad del conjunto de la cartera de renta variable europea. Una interesante forma de diversificar sin que diversificar signifique perder siempre que sube el otro activo y viceversa. Que eso más que diversificación es suma cero.
En cuanto al “timing”, parece de libro: comprar cuando todo esté fatal en el Reino Unido – para comprar barato –, pero esperando a que empiece a vislumbrarse que tocan fondo (si es que no están en el fondo ya). En cuanto a los precios, como muestra, un botón: la rentabilidad media por dividendo del mercado británico es del 5%, frente al 3,8% del Stoxx Europe 600. Buena combinación entre ambos para garantizarse un buen dividendo en el futuro, especialmente en un futuro de tipos de interés cero o negativos.