No hay nada más peligroso en los mercados que aceptar determinadas verdades absolutas sin comprobar si tienen base real.
Llevamos casi diez años escuchando el “mantra” del consenso de analistas de que “la tecnología está muy cara” y que, a base de repetirlo, se ha considerado verdad absoluta durante los últimos cinco años.
El precio pagado por aceptar esa afirmación sin tener en cuenta el potencial de crecimiento de las empresas online y, en general, de las empresas que se benefician de la revolución digital, ha sido el de asumir un coste de oportunidad altísimo (para quien no invirtió en el índice tecnológico NASDAQ “porque está muy caro”). Los resultados publicados recientemente por las grandes empresas digitales que disparan sus ventas e ingresos mientras se hunde la economía son un doloroso ejemplo. Evidentemente no serían tan buenos sino hubiera surgido el coronavirus, pero en realidad el virus lo único que ha hecho es potenciar y adelantar en el tiempo lo que ya era una tendencia clarísima.
El “mantra” sigue, pero hasta el consenso se ha dado cuenta de que el Covid-19 es un gran agente comercial para las empresas que venden bienes y servicios a través de Internet, así que han modificado el “mantra” del precio y lo han sustituido por el de la sobre ponderación. Algo tipo “todo el mundo está invertido en el sector tecnológico”, que viene a decir que podría ser peligroso invertir en él, porque cuando todo el mundo está posicionado en un sector significa que quedan pocos posibles compradores que sigan impulsando al alza las cotizaciones. El problema es que la afirmación de la sobre ponderación tecnológica no es del todo cierta, como veremos a continuación.
El mantra de que el sector tecnológico está muy caro ha sido sustituido el de que todo el mundo está sobre ponderado. Pero no es totalmente cierto.
Hemos consultado una encuesta global realizada por el Bank of América entre gestores de fondos y, como era de esperar, el 74% de los encuestados piensa que el sector más ponderado en las carteras de los fondos de inversión es el sector tecnológico. Las verdades absolutas están para ser admitidas sin discusión o comprobación incluso por el 74% de los profesionales de la gestión.
Pero los encuestadores le dan un giro interesante a la encuesta y les preguntan también a los gestores cuáles eran sus posiciones más importantes, y, sorpresa: la realidad no coincide con la opinión generalizada: no es la tecnología.
Como puede verse en el gráfico nº 2 la tecnología ocupa el cuarto lugar en el nivel de sobre ponderación de las carteras de los gestores – en comparación con la media histórica -, siendo mucho mayor la posición en el sector salud e, ironías de la vida: en materias primas, estando como estamos en plena revolución digita. O simplemente en el mercado norteamericano en general, que siendo evidentemente un mercado con alto peso en tecnología, tampoco es totalmente tecnológico.
Gráfico nº 3: la tecnología no es el sector con más peso entre los gestores.

Podría argumentarse qué no deja de ser un peso muy importante el que tiene la tecnología, teniendo en cuenta que no deja de ser un sector y no una zona geográfica. Es un buen argumento, pero frente a él cabría preguntarse si al paso que va la revolución digital el conjunto de empresas tecnológicas, y muy especialmente las más grandes, no se acabarán haciendo con una cuota de mercado todavía mayor y a nivel mundial.
El “cash” pesa tanto como la tecnología. En fondos de renta variable y en plena revolución digital. Eso sí que llama la atención.
Pero, ya que estamos, y tiene mucho que ver con lo anterior, donde la posición ha ido claramente a menos es en la renta variable en general (“equities”). Esto dice bastante poco a favor de los gestores, puesto que significa que se están perdiendo o no están aprovechando la recuperación bursátil.
La otra conclusión es que teniendo en cuenta que va a ser difícil que siga subiendo el precio de los bonos cuando los bancos centrales dejen de comprar – y eso ocurrirá tarde o temprano -, a todos esos fondos no les quedará otra alternativa que aumentar su inversión en renta variable. Y eso representa mucha gasolina para las bolsas.
Finalmente, lo más llamativo de la encuesta: el peso tan importante que tiene la liquidez. Liquidez pura y dura , “cash”, que en muchos países no sólo no da nada sino que incluso cuesta dinero tenerla. A mí que los gestores tengan un peso importante en inversiones tecnológicas en plena revolución digital me parece bastante lógico. En todo caso podría ser discutible si es alto o es bajo. Lo que me parece extraño es que en carteras de fondos de inversión – repito, de “inversión” – de renta variable – es decir, que se les paga por invertir en bolsa – y la bolsa lleva meses subiendo -, una de las posiciones más importantes sea el dinero en cuenta corriente. Justo por debajo del sector protagonista de la nueva revolución industrial. Eso si que llama la atención.
¿Cómo afecta esta información a una cartera de fondos?
Estamos en plena revolución digital y el sector tecnológico debe tener un peso importante en una cartera de fondos. No hacerlo sería como infra ponderar ferrocarril o industria durante la primera revolución industrial (y sobre ponderar agricultura).
La idea de sobre ponderar la tecnología ha sido una constante en estos cuadernos y en las carteras de Nextep. Y ha dado excelentes resultados. Si todavía no es cliente de Nextep verifique la composición de su cartera, porque en España hay tendencia a infra ponderar la tecnología y sobre ponderar el IBEX, que en un momento como el actual es como sobre ponderar el pasado e infra ponderar el futuro.
Infra ponderar tecnología ahora sería como infra ponderar ferrocarril o industria durante la primera revolución industrial.
También es conveniente ir invirtiendo la liquidez. La rentabilidad del dinero en cuenta va a seguir siendo cero y el hecho de que la mayoría de los gestores de fondos del mundo esté “en” liquidez es un indicador de que hay una gran cantidad de dinero que tarde o temprano tendrá que ser invertido.