Si me siguen en Twitter (@AlvargonzalezV) verán que he creado un “hashtag” – no lo pongo en español por qué no sé cómo traducirlo – llamado #IndicadoresNoConvencionales.
Algunos de los datos que utiliza todo el mundo han perdido representatividad, así que he ido elaborando una lista de otros, más actuales y representativos, que los complementan. Tanto de la economía real como de la financiera.
Hay indicadores que hace cien años reflejaban muy bien la evolución de la economía, pero que no se han adaptado a los cambios estructurales de la misma. Por ejemplo, cuando se habla de ventas minoristas, muchos indicadores siguen sin tener en cuenta el comercio digital, lo que desvirtúa totalmente la información. Y hay datos como la venta de semiconductores, de teléfonos móviles o el tráfico de Internet que muestran mucho mejor la salud del consumo que los indicadores “de toda la vida”.
La lista es muy larga y no les voy a aburrir con ella, pero compartiré con ustedes aquellos #IndicadoresNoConvencionales que puedan ser importantes (pongo el hashtag porque buscándolo pueden ver los que he ido publicando/comentado en Twitter)
En esta ocasión les traigo indicadores no convencionales financieros, no de la economía real. Es una terna de los que se basan en la opinión – que comparto – de que en los mercados la mayoría se equivoca más veces que acierta. No es una regla científica, porque para que lo fuera tendría que cumplirse siempre y ocasionalmente ha habido excepciones. Pero si es científica en el resultado final, ya que si la mayoría de los inversores acertara, la mayoría de los inversores serían ricos. Y evidentemente no es así.
Estos tres indicadores se basan en la opinión - que comparto - de que, en los mercados, la mayoría se equivoca más veces que acierta.
Empecemos por el Gráfico nº 3. Las barras de color naranja representan los flujos de entrada de dinero en fondos monetarios en EE.UU. Ahora mismo está entrando tanto dinero como en plena crisis financiera en 2007- 2008. La diferencia es que ahora no hay una crisis financiera.
Lo que ocurre, en mi opinión, es que la presión de los “influencers” y los analistas que utilizan el miedo para captar seguidores o clientes está funcionando (1). La gente vive como si hubiera una crisis en marcha o fuera 100% seguro que la vaya a haber a corto plazo. Y entra dinero en fondos monetarios USA incluso con la Fed bajando los tipos de interés – barras azules – , es decir, cuando cada vez dan menos rentabilidad las posiciones de corto plazo. En Europa el gráfico sería parecido, pero todavía más triste, puesto que en muchos casos la rentabilidad no es que sea baja, sino negativa. Y cero en el caso de los depósitos.
¿Y que pasó a mediados de 2008, cuando todo el mundo se protegía llevando su dinero a fondos monetarios? Pues que el SP 500 se puso a subir y no paró hasta subir un 357% desde mínimos hasta hoy (de 651puntos hasta 3.000) Ese 357% se llama coste de oportunidad: el de quien perdió la oportunidad de ganarlo. Y fue la mayoría.
Grafico nº 3: entra tanto dinero en fondos monetarios como en plena crisis financiera 2007 – 2008

A continuación, veamos el Gráfico nº 4. La línea que nos muestra el optimismo o pesimismo de los inversores. A más arriba, más optimistas. A más abajo, más pesimistas. Y ya ven que mala capacidad de predicción. Siempre por detrás de los acontecimientos. Pero lo curioso es que, en la mayoría de ocasiones anteriores, aunque fuera un error estar fuera del mercado o vender porque luego subió, al menos había motivos para el pesimismo. La “gran recesión” en 2009, la crisis por la devaluación del yuan en 2016, las declaraciones de la Fed en 2018 diciendo que subirían tipos hasta un tipo “neutral” del 3%. ¿Pero ahora? Parece como si los inversores hubieran sido convencidos de que están en crisis sin que realmente haya una crisis financiera o una recesión económica.
Gráfico nº 4: pesimismo a nivel de crisis … pero sin crisis.

Estos indicadores demuestran que la mayoría de los inversores son extraordinariamente pesimistas justo cuando deberían estar comprando.
Porque ¿que pasó después de todas estas lecturas tan pesimistas, posteriores a la crisis financiera de 2009? Es decir, ocasiones en las que se anunció el fin del mundo y finalmente no se produjo. Pues ahí viene lo bueno: que los mercados subieron. Y mucho. No sólo no se acabó el mundo, sino que el mercado alcanzó nuevos máximos. Lo tienen en la Tabla nº 1. En la primera columna figuran las fechas de máximo pesimismo y en las siguientes lo que pasaron en los meses y años posteriores. Se puede decir que desde 2009 sí que ha sido científica la regla de que el pesimismo no tuvo justificación en la evolución posterior de las bolsas. Se ha cumplido en todos los casos.
Tabla nº 1: momentos de máximo pesimismo desde 2009 y evolución posterior del SP 500.

Resumiendo: llevamos con este asunto de “que viene la crisis” desde poco después de que realmente hubiera una crisis en el año 2008 (y posterior recesión en la economía real). Vean sino la de mínimos que hace el gráfico. Pero puestos a vender y salirse del mercado, el único momento en el que habría resultado interesante hacerlo – para aprovechar la caída y comprar barato – fue precisamente cuando nadie estaba preocupado, en plena alegría del crédito, del “ladrillo” y de las hipotecas subprime, justo antes de la crisis. Cuando éramos muy pocos los que decíamos que las cosas podrían estropearse (2). Si ahora lo dice todo el mundo y todos son pesimistas es precisamente cuando hay más probabilidades de que no ocurra.