Dicen que si las bolsas siguen subiendo es porque hay mucho dinero buscando rentabilidad y no por los hechos fundamentales de la economía o las empresas. Y en parte tienen razón. Pero sólo en parte, porque, por ejemplo, en EE.UU. hasta ahora los ingresos de las empresas apoyan la subida del índice bursátil (ver gráfico nº 2).
Dicho esto, basta echarle un vistazo al gráfico nº 3 para comprobar que también existe la relación entre liquidez inyectada por los bancos centrales y evolución de las bolsas. La línea azul muestra la suma del balance de los principales bancos centrales del mundo. La negra es el índice bursátil global MSCI World. Es obvia la correlación entre ambas.
Gráfico nº 2: los ingresos de las empresas (línea negra) apoyan al índice SP 500 (línea azul)

Por balance de los bancos centrales se entienden los miles de millones de bonos y otros activos que compraron o compran en el mercado para inyectar liquidez en el sistema y estimular así la economía, especialmente tras la última crisis financiera. El gráfico parece dejar claro que, a más liquidez invierten, más suben las bolsas. Es la famosa teoría de que los mercados son ahora auténticos “yonquis” adictos al dinero de los bancos centrales.
Gráfico nº 3: correlación entre bolsas y liquidez de los bancos centrales.

Se podría deducir que en el momento en el que deje de inyectarse liquidez las bolsas dejarán de subir, pero hace tiempo que la Reserva Federal cerró el grifo de la liquidez y de hecho está retirando dinero del sistema – ha reducido su balance en un 18% – y aún así el SP 500 se mantiene cerca de sus máximos históricos. Es más: si no los ha superado ha sido por el recrudecimiento del conflicto comercial con China y no porque la Reserva Federal haya dejado de inyectar dinero en la economía.
De momento al “yonki” no le van a quitar la droga. Sigue habiendo mucha liquidez en el sistema.
No me gustaría estar invertido a tope si la Fed decidiera reducir otro 20% la liquidez del sistema financiero norteamericano en el corto plazo. Pero no es el caso. Además, el Banco Central Europeo – línea blanca del gráfico nº 3 – sigue en “directa” y ha tomado el testigo de la Reserva Federal – línea azul -. Cuenta, además, con “ayuda” del Banco Central de China, cuya economía también anda necesitada de estímulo. Por su parte, el banco central de Japón se ve incapaz de parar y mucho menos de meter la marcha atrás. Al menos de momento al “yonki” no le van a quitar la droga. Sigue habiendo mucha en el mercado.
Gráfico nº 3: el Banco Central Europeo ha tomado el testigo de la Reserva Federal.

Pero no hay solo hay esa “droga” en el mercado. Hay otra que sujeta e incluso podría impulsar en el futuro al alza las cotizaciones. Pese a lo que pudiera parecer, actualmente la mayoría de las instituciones e inversores mantienen un porcentaje de liquidez bastante alto. No sé si es consecuencia de que les asustaron los agoreros profesionales, que tienen bastante más peso en los medios y las redes sociales que los analistas serios. Atrae más seguidores y clientes el miedo que el análisis serio y profesional.
Según UBS, un 32% del dinero de las carteras de inversión a nivel global está en “cash”. Tendría que bajar al 10% para estar en niveles normales de gestión.
La realidad es que el miedo a “la crisis”, al “crash” etc., ha hecho que la mayoría de los inversores se hayan perdido el “rally” bursátil de los últimos diez años. Y que piensen, desde hace tiempo, que es tarde para entrar, lo que nos lleva a que el porcentaje de liquidez en las carteras de los inversores sea históricamente elevado. Un 32% de media, de acuerdo con un reciente estudio de UBS. Tendría que bajar a un entorno del 10% para estar en niveles típicos de una gestión de cartera.
Grafico nº 4: los depósitos de los alemanes en máximos históricos de volumen y en mínimos de rentabilidad

Y, cómo puede apreciarse en el gráfico número 3, el dinero en depósitos está a niveles nunca vistos en Alemania o en España (gráfico nº 4) Y en cualquier otro país que elijamos de la eurozona.
Gráfico nº 4: máximo volumen, mínima rentabilidad también en los depósitos españoles.

Tratándose de países como Alemania o España es muy difícil aventurar si algo de ese dinero podría acabar buscando rentabilidad en la renta variable. Pero no es imposible. Harto de rentabilidad cero e incluso negativa, una pequeña parte de ese dinero podría dirigirse, aunque sea de forma indirecta – a través de fondos mixtos, carteras gestionadas o productos garantizados -, a las bolsas. No sería la primera vez.
Estamos en Europa y la mayoría del dinero que huya de la rentabilidad cero de los depósitos se irá al sector inmobiliario, como ya está ocurriendo y es el motivo por el que recomiendo desde hace mucho tiempo tanto la inversión inmobiliaria directa como indirecta (1) y el motivo por el que tengo un fondo del sector inmobiliario europeo en cartera. Pero es muy difícil, habiendo visto una crisis inmobiliaria como la que vivimos hace unos años, que la gente, por muy “ladrillera” que sea, invierta todo su dinero exclusivamente en ladrillo. El otro motor del mercado es, por lo tanto, la falta de alternativas.
Con tipos tan bajos y tanto dinero en el sistema es difícil entrar en un mercado bajista prolongado, salvo por motivos geopolíticos o crisis financieras.
Mientras los tipos sean tan bajos y haya tantísimo dinero en el sistema es muy difícil que entremos en un mercado bajista prolongado, salvo que sea por motivos geopolíticos. O porque Europa se meta en su penúltima crisis. No es imposible ni lo uno ni lo otro. Ahí tenemos a Irán, la rivalidad de China con Estados Unidos o los políticos europeos cuya incompetencia y falta de liderazgo hace que todo sea posible. Pero si cogemos los elementos objetivos actuales, la realidad es que el mercado tiene gasolina para mucho tiempo.