Finalmente se resolvió la duda: los mercados probaron a romper los máximos históricos y no pudieron. Lo vemos en el gráfico nº 1. Era una prueba importante. Romperlos habría significado entrar en un nuevo periodo alcista. No hacerlo abre un periodo de indefinición que podría dar temporalmente como resultado un movimiento lateral con tendencia a la baja (la incertidumbre nunca es alcista)
Gráfico nº 1: no pudo ser. El SP 500 no superó los máximos históricos.

La “buena” noticia es que a partir de ahora se aclaran y simplifican los posibles escenarios (que no cual el definitivo). Si Estados Unidos y China hubieran alcanzado o avanzado significativamente para llegar a un acuerdo comercial se habría consolidado la ruptura de máximos y ahora estaríamos en un nuevo periodo alcista. Tal y como comentamos en estos informes, dependía de eso. Y ha sido automático: la caída se ha producido por y en paralelo al enfriamiento de la negociación o, si lo prefieren, al endurecimiento de las posiciones.
También se aclara lo que va a ocurrir a corto y medio plazo. Excepto, de nuevo, el resultado final. Todo apunta a un alargamiento de las negociaciones, con cada vez más tensión en el proceso, lo cual no debería de extrañarnos. Incluso cuando se llega a acuerdos la recta final de cualquier negociación suele ser la más difícil. Y no sería de extrañar que, de haber un acuerdo, fuera precedido de mucha tensión.
A corto y medio plazo el movimiento que se corresponde con el escenario de mercado actual es lateral, aunque con cierta tendencia a la baja.
También se ha clarificado el plazo. Hablar de solucionar temas tan complejos en un mes era puro voluntarismo. Para mí, de haber un plazo lo marcan las elecciones norteamericanas. Si Trump consigue unas condiciones que mejoren significativamente la situación actual, habrá acuerdo. Nada como llegar a unas elecciones con una victoria sobre el que actualmente es el peor enemigo y competidor comercial de los Estados Unidos. Que encima le roba la tecnología para luego competir con ellos.
Pero también ayuda a ganar elecciones mantener vivo al enemigo externo y mostrar fuerza ante el mismo. Y lo peor es que, en esta ocasión y en mi opinión, Estados Unidos tiene toda o casi toda la razón, con lo cual el pueblo norteamericano apoyaría sin fisuras a Trump si no hay acuerdo. No es solo cuestión del robo de la propiedad intelectual, de la competencia desleal y del “dumping”. Es que, además, China entra en todos los mercados pero no permite a nadie entrar en el suyo. El cúmulo de situaciones injustas es tan grande que el presidente norteamericano podría ir a las elecciones en plena guerra comercial y ganarlas. No podemos descartar que no haya acuerdo.
De haber un plazo para un acuerdo - o desacuerdo - entre EE.UU y China lo marcan las elecciones norteamericanas.
Pero, aunque obviamente es imposible saber qué va a ocurrir, yo me inclino porque al final haya un acuerdo, aunque cueste mucho alcanzarlo. Como he comentado en otras ocasiones, si China estuviera más fuerte económicamente tendría serias dudas al respecto, pero “afortunadamente” China tiene un serio problema de crecimiento. Y sigue siendo un país comunista. Y Si algo no perdona el politburó a sus funcionarios es que incumplan los planes quinquenales.
En cuanto a Trump, es consciente del daño que generan las tarifas en los costes de producción la mayoría de las empresas norteamericanas. Y cómo afecta a la bolsa, que en Estados Unidos es algo muy importante, ya que la mayoría de las pensiones son privadas y en gran parte están invertidas en renta variable.
El conflicto entre EE.UU y China será la tónica de las próximas décadas, como lo fue con la Unión Soviética en la segunda mitad del siglo pasado.
El conflicto entre Estados Unidos y China es un conflicto entre dos superpotencias y será la tónica de las próximas décadas, como lo fue con Rusia. Lo que yo confío no es en que desaparezca, eso es imposible, sino en que haya periodos como aquellos de la Guerra Fría que se conocían como de “detente” o relajación de la tensión mediante acuerdos puntuales. Como el que creo acabarán alcanzando en esta ocasión China y EE.UU. Para luego incumplirlos, por supuesto, sobre todo China, al cabo de unos meses o, a lo sumo, unos años.