“Corta tus perdidas en seco, deja correr tus beneficios” Es un consejo que se da en los mercados y creo que no es malo. Tal vez matizaría que hay cierto nivel de perdidas que hay que asumir, porque es casi imposible acertar plenamente en el “timing” de compra. Y también que, a partir de un cierto nivel de beneficios y, sobre todo, si peligra la tendencia, es de sentido común hacer caja. Pero, en términos generales, es un buen método.
Es el que apliqué con el dólar a primeros de año. En mi primer informe les comentaba que tenía exposición, aunque moderada, al dólar. En los fondos de renta variable norteamericana. Pero en el siguiente les dije que había decidido admitir mi error y rectificar. Estaban lastrando los buenos resultados de la bolsa USA. Pasé a cubrir la divisa.
Primero, por motivos técnicos – el análisis técnico es el que primero avisa de que algo va mal – y luego al darme cuenta de que el proceso de recuperación de la economía europea, unido a cierto enfriamiento de la norteamericana y la renovada presión de Alemania sobre el BCE para que detuviera el proceso de compra de bonos (QE), calarían en el mercado. Y no sólo han calado. Se ha unido la incapacidad de Draghi para desmentir la proximidad del proceso de “tapering” y, recientemente, la aparición en escena de un auténtico “sabueso” que han puesto los enemigos de Trump a husmear en todos sus negocios y actuaciones políticas. Es el fiscal Mueller, del que hablamos de nuevo en este informe.
La cuestión es sencilla: si el Consejero Especial Mueller hace bien su trabajo tiene muchas probabilidades de encontrar algún cadáver en el armario de Trump. Eso significa que, si ya tenía muchas dificultades para implementar su programa económico, en la medida en la que la investigación progrese y si progresa con éxito sería un presidente maniatado.
No digo que eso vaya ocurrir. Entiendo que sabrá jugar sus cartas. Lo que está claro es que la cotización euro dólar reacciona muy mal – para el dólar – cada vez que la investigación sobre las conexiones de Trump con Rusia dan un paso adelante. Este es un hecho objetivo. En estas circunstancias, con Draghi insinuando la proximidad del Tapering y el Consejero Mueller mirando en los armarios de Trump, resulta cuando menos arriesgado apostar por el dólar.
Se preguntarán que porque no digo lo mismo de la bolsa norteamericana, que sobre pondero desde hace mucho tiempo en mi cartera. La respuesta es que por el momento las reacciones son diferentes y, además, porque, en las divisas, el componente político es mayor.
Tiene bastante lógica. Al fin y a la postre, las cotizaciones descuentan las expectativas de mejora de los beneficios y/o de los balances de las empresas. Asimismo, descuentan las expectativas de consumidores y empresarios. Los beneficios de las empresas norteamericanas están mejorando y los consumidores y empresarios norteamericanos mantienen, por el momento, su confianza en la economía y en que el presidente será capaz de, finalmente, implementar su programa de estímulo económico y, muy especialmente, su bajada de impuestos.
A continuación, un gráfico que muestra como las ventas de las empresas norteamericanas están superando las previsiones de los analistas. Y que esas sorpresas positivas están por encima de la media de los últimos cinco años
Grafico: porcentaje de compañías del SP 500 que están superando las previsiones de ventas de los analistas. Por trimestre (“Quarter”)
